La ballena de 21,7 metros que murió el pasado miércoles varada en las costas de Tapia de Casariego ya está en las instalaciones de la Compañía para la Gestión de los Residuos Sólidos en Asturias (Cogersa), en Gijón. Desde Tapia de Casariego, donde murió el animal en una zona de difícil acceso, fue remolcada por un barco hasta Navia. Allí la cosa se complicó. Cuando los operarios intentaron trasladar a tierra al ejemplar de rorcual común por medio de una grúa preparada para tal fin, el cuerpo se partió por la cola y la ballena cayó al agua. Tras recuperar los restos, los trasladaron a Gijón.