Desde el Instituto Español de Oceanografía (IEO) reconocen que el sur de Galicia y el norte de Portugal alberga en los últimos años un stock propio de anchoa. La especie se ve con abundancia en las aguas de las Rías Baixas, que forman parte de la denominada zona IXa, una división que va desde Fisterra hasta el Golfo de Cádiz. El reparto acordado por la Secretaría General de Pesca cuando estaba dirigida por Carlos Domínguez dejó tan solo un 1,14% del cupo de esa zona para la flota gallega y desde el cerco aseguran que se les aseguró un incremento si la especie aparecía por Galicia. Aquella promesa nunca se cumplió y ahora la flota se ve abocada a compra cada año cuota a cerqueros de la flota andaluza. Con eso subsisten un tiempo, pero la mayoría del año lo que hacen es otra cosa: verla pasar. La anchoa pasa por la costa cuando es su temporada y se va. Mientras, al otro lado de la raia se frotan las manos. Desde que se estableció la cuota las descargas de la especie despegaron en Portugal y en los últimos cinco años se multiplicaron por diez, llegando el año pasado a superar las 8.300 toneladas.

Las protestas llevadas a cabo por el cerco, que se intensificaron en 2015 en puertos como el de Vigo o A Coruña, no surtieron efecto. El 1,14% nunca subió. En Portugal, en cambio, las descargas de esta especie pasaron de representar un 10% en 2014 a elevarse hasta casi un 65%.

Según los datos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, en inglés), los barcos lusos vendieron en sus lonjas 818 toneladas hace un lustro. Ya en 2015 se elevaron a 2.546, para un año más tarde despegar hasta las 6.937, es decir, un crecimiento del 750% en solo tres años.

La tendencia alcista se mantuvo en 2017 (9.051 toneladas) y pegó un pequeño bajón el pasado curso, quedándose en 8.306, una cifra que sin embargo se mantiene como la más alta registrada en el país vecino desde 1961. El grueso de las descargas, además, se dieron en la zona centro-norte del país.

Y mientras, en el caso español (computa los datos de la flota gallega y andaluza) la tendencia es a la inversa. Pasaron de capturar 6.921 hace un lustro a 5.334 en 2018, un descenso de casi el 23%. Si bien la compra de cuota dejó un alza en el área gallega de la zona IXa (de 581 a 992 toneladas), el grueso siguen dándose en el Golfo de Cádiz (4.433). Una tendencia que, a priori, parece que se va a mantener. El cerco gallego seguirá reclamando anchoa.