Los peces no se comunican con las personas y no tienen expresiones faciales que les hagan simpáticos o cercanos pero sufren como otros animales, según las evidencias que van acumulando los científicos y expertos en bienestar animal. Así lo explicaron diversos expertos que participaron en una jornada sobre bienestar animal en peces organizada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), la Sociedad Catalana de Biología, la Red de referencia en Acuicultura de Cataluña y la Red temática de bienestar y estrés en peces, que se ha celebrado en Barcelona.

Los receptores del dolor y las vías nerviosas de conexión al cerebro de los peces son las mismas que en humanos y los fármacos analgésicos contra los estímulos dolorosos también funcionan en peces, aunque los centros de procesamiento del cerebro sean bastante diferentes, según dijo a Efe el doctor en Biología Lluís Tort, de la UAB, participante en el encuentro.

Aunque en los peces es más difícil diferenciar entre bienestar y salud o estrés y enfermedad, durante la jornada se presentaron evidencias respecto al dolor y el estrés que pueden padecer estos animales. También se expusieron evidencias de la gran capacidad de aprendizaje de los peces, de sus complejos comportamientos sociales y familiares y, en particular, de su buena memoria, extremo que desmiente la leyenda de que su memoria dura tres segundos.