La ONG Greenpeace hostigó ayer a un palangrero guardés, el Ameal, cuando se encontraba faenando en alta mar. El barco Esperanza desplegó a una de sus lanchas neumáticas para protestar frente al buque por capturar tiburones, algo habitual para esta flota que se dedica a la pesca de pez espada y escualos. "Es todo legal", recuerda Joaquín Cadilla, presidente de Orpagu, asociación a la que pertenece el barco. Greenpeace acusa a la flota gallega y lusa de "sobrepesca" de tiburones en el atlántico norte.

El "hostigamiento", como lo han definido desde Orpagu, tuvo lugar ayer, cuando el barco faenaba cerca de Azores. "Es una auténtica vergüenza", ha explicado Cadilla.

La organización medioambientalista proclama en un comunicado que la flota gallega y lusa captura 25.000 tiburones marrajo al año, una cifra que según el sector consultado "dista mucho de la realidad".

"Echo de menos esa fuerza sobre otros barcos que hacen pesca ilegal, los miles y miles de buques alrededor del mundo, que ya sabemos de qué países son. Y ellos también lo saben, pero no hacen nada, van a por los europeos", critica Joaquín Cadilla.

Como recoge Europa Press, la pesca excesiva de tiburones por parte de barcos españoles y portugueses en el Atlántico Norte está en el punto de mira de Greenpeace, que alerta de las devastadoras consecuencias de estas prácticas sobre algunas especies, con las que "puede que hayamos ido demasiado lejos".

Son palabras del director de Océanos de Greenpeace Reino Unido, Will McCallum, uno de los activistas que esta semana confrontaron un barco español a 200 millas del archipiélago portugués de las Azores que estaba pescando tiburones.

"Fue una protesta pacífica. Desplegamos una pancarta con el mensaje "Sharks under attack" (Tiburones bajo ataque) y documentamos las capturas que estaban haciendo", cuenta a Efe McCallum, que refiere que aunque este barco debería dedicarse principalmente a la pesca sostenible de pez espada, sus capturas de tiburones eran mayores.