La Autoridad Portuaria de Vigo y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, organizaron entre el jueves y el viernes de esta semana la primera "Jornada de Puertos de Pesca Azul". José Estors, vigués que desde 2011 trabaja como Oficial de la Industria Pesquera para el organismo, explica para FARO cuáles fueron los principales objetivos de la jornada y el punto de vista de la propia FAO sobre cuestiones como la sostenibilidad de los caladeros o la importancia de los puertos como generadores de riqueza.

-Antes de nada, ¿cómo llega un vigués a la FAO?

-Por casualidad. Estaba contento donde estaba y es lo de siempre, tenía una novia que se fue a trabajar a la FAO. En aquel momento me atraía la idea de trabajar en Asia u Oriente Medio, pero al final nos fuimos a Roma y surgió el puesto. Apliqué, me seleccionaron para las pruebas y finalmente me ofertaron el trabajo.

-¿El bagaje atesorado en la empresa privada le sirve ahora en su puesto en FAO?

-Sí, sobre todo por el tema de las relaciones públicas. Al haber estado en ventas tienes que abrir mercados y relacionarte con muchas empresas. En FAO también tienes que hacer muchos contactos, solo que ahora con diferentes organismos y entidades.

-¿Qué importancia tiene para la ciudad y su puerto que FAO se centre tanto en Vigo?

-Pone en el mapa a Vigo por sus buenas prácticas y sus acciones durante años. Ahora pueden compartir esta experiencia acumulada y organizar este tipo de cursos y talleres. Es lo mismo que hacemos cada año con Conxemar. Pone de relieve el camino andado por la ciudad que ahora puede compartir con otros países.

-Es casi como una segunda sede...

-Porque tiene mucha relevancia. Nuestro jefe del Departamento es Árni Mathiesen y desde que fue ministro de Pesca en Islandia siempre comentaba que para él era una referencia. Lo ponía como ejemplo para la industria de su país. Y claro, siempre me ha dado bastante libertada para desarrollar este tipo de iniciativas, integrando partes que antes se obviaban.

-Esta es la primera jornada, ¿qué objetivo persiguen con ella?

-Subrayar la importancia que tienen los puertos sostenibles para generar empleo y repartir la riqueza entre la población local. Un puerto bien gestionado beneficia no solo al sector pesquero, sino a toda la población. Lo que nos interesa es compartir conocimiento e información. Si consigues generar empleo sacas a gente de la pobreza, que a lo mejor no pasan hambre, pero que pueden mejorar y tener empleos decentes. Un puerto es un hub económico para la región.

-Hablando de los puertos sostenibles, ¿qué opinión tiene la FAO sobre las numerosas instalaciones chinas que han proliferado sobre todo en la costa atlántica de África?

-La FAO es una organización técnica y asesoramos a nuestros países miembro. Nuestro objetivo principal es el "hambre cero", alcanzar el nivel de seguridad alimentario adecuado. En temas políticos la FAO no opina. Cada país mira sus necesidades y cooperan entre ellos. Estamos hablando de un gigante económico y es verdad que a nivel de disponer de infraestructuras ha ayudado a muchos países.

-Pero al final ejercen una presión sobre el caladero.

-Pero hoy en día los países son muy estrictos con las cuotas y eso es un hecho. En las gráficas que tenemos en la FAO se pude ver: cada vez hay más pesquerías en su nivel óptimo de explotación. Eso se hace siempre con asesoramiento científico y hay una concienciación fuerte. Un barco se puede mover, pero las empresas no cuando se acaba la materia prima.

-¿Se ha avanzado mucho entonces?

-Sí, queda mucho por mejorar, pero lo que se ha avanzado es increíble. Hemos alcanzado cosas que hace unos años era impensable. Lo que nos trasladan los países es que su mayor problema está en que no pueden controlar a su flota artesanal, pero eso se va a ir regulando, se van a ir implementando sistemas que permita gestionarlo como ya ha pasado en lugares en que los que no existían. El compromiso de todos es la sostenibilidad, porque si no lo eres pierdes un recurso.

-¿Qué es lo que preocupa más a la FAO?

-Yo soy optimista, pero a mí me preocupan más temas como el cambio climático o la presencia y de microplásticos y nanoplásticos en el agua. Estoy seguro de que se pondrán soluciones encima de la mesa en muy corto espacio de tiempo, porque también existe concienciación sobre estos asuntos.