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La flota de bajura gallega cae ya por debajo de los 4.000 embarcaciones

Las embarcaciones de menos de 18 metros suponen el 70% de las bajas en la última década

Hugo Barreiro

La flota de bajura y pesca artesanal de Galicia perdió casi 350 embarcaciones en la última década. La falta de relevo generacional en el sector del que alertan desde cofradías y asociaciones de armadores está afectando de especial forma a los barcos de menos de 18 metros, que por primera vez bajan de la simbólica cifra de 4.000 unidades. Según los datos de la Consellería do Mar, de los 482 barcos con puerto base en la comunidad gallega que han desaparecido desde 2009, el 70% corresponden a este segmento de flota que, durante la crisis, supuso un refugio para salir del desempleo. "Ahora se está dando la tendencia inversa: la gente se jubila o se cansa y los barcos desaparecen", explica José Antonio Pérez, presidente de la Federación Galega de Confrarías. La pérdida de estos barcos trajo consigo una bajada de la capacidad pesquera de 1.113 GTs ( gross tonnage, toneladas de registro bruto).

A cierre del pasado año, los datos de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca reflejan que en Galicia existen 3.994 barcos de menos de 18 metros. De ellos, el grueso (94%) corresponden a la pesca artesanal, es decir, embarcaciones de menos de 12 metros -tal y como se define desde la Comisión Europea pese a la oposición de las cofradías- que, además, suponen el motor económico para muchas poblaciones del litoral gallego. "En la bajura todo son problemas", indica Pérez, que reconoce que "la falta de cuotas" es uno de los principales escollos. "Si hay poco cupo o la especie no aparece, al ser barcos pequeños no se pueden desplazar a otras zonas", lamenta.

El también patrón mayor de Ribeira vive esta problemática de cerca. "En mi zona, por ejemplo, hay muchos de estos barcos a la venta y no se encuentran compradores", explica. Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP), corrobora la falta de interés: "En su mayoría son barcos de pesca artesanal y hay una falta de relevo generacional importante".

El lucense recuerda que en Galicia "mucha gente se jubiló o prejubiló" y no hubo nadie que cogiese el testigo. "También hay otro porcentaje que directamente abandonó la profesión", explica Otero, que también clarifica que "la crisis no tuvo que ver" en esto.

Casos como la persecución a la flota del xeito por parte de la gestión de Maria Damanaki, anterior comisaria de Pesca europea, exasperan a un segmento de flota que cada vez se ve más ahogada. Este año, por ejemplo, el porcentaje de sardina para el xeito es mínimo pese a que el sector reclama que no deberían estar sujetos a los cupos acordados por España y Portugal al tratarse de una pesca artesanal.

A ello se suma también la drástica reducción de la cuota de caballa (un 20% por segundo año consecutivo) dejó unas escuetas posibilidades de pesca que hizo que muchos armadores desistiesen incluso de realizar una pesca dirigida en el Cantábrico, como era habitual. El hecho de que ahora, cuando la especie ya "ha pasado" por Galicia, se decida revisar al alza la cuota de caballa -como publicó FARO el pasado sábado- aún les indigna más. "La gente se cansa de estas cosas y del sector", critica Pérez.

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