Las trabas de Sanidad Exterior a la hora de realizar el control documental del pescado congelado que llega de terceros países a los puertos españoles ha incremento las fugas de los operadores de fugasVigo. La instrucción enviada el mes pasado a los inspectores desde Madrid ha intensificado los desvíos de contenedores a Leixões (Portugal) y también a Róterdam (Holanda). Y es que según alertan algunos exportadores asiáticos a sus clientes vigueses, las autoridades sanitarias de China han decidido no dar el visto bueno a los envíos con dirección a los puertos españoles y apuestan por pasar el trámite aduanero en Portugal u Holanda, donde no existen los mismos controles, para luego proseguir su ruta a Vigo. "Hay una gran inseguridad jurídica y el peligro ya no está solamente en Leixões", alertan fuentes de los operadores, que cifran los desvíos de "entre 20 y 30 contenedores semanales".

La Subdirección General de Sanidad Exterior indicó en la instrucción de principios de abril (la IM/2/2019) que las importaciones de pescado desde terceros países deberían pasar por un proceso de verificación. En él se exige a los operadores que aporten una copia de los certificados de captura, lo que afecta al 100% de las partidas que llegan de China y al 20% en lo que respecta otros países. Algo muy difícil de conseguir y, en algunas ocasiones, "imposible".

El presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique López Veiga, había anunciado que con esta instrucción se estaba instaurando una "doble vara de medir", ya que el resto de países de la UE no tenían que cumplir con estos requisitos. Con ello, esperaba la fuga de unas 60.000 toneladas de pescado (un 10% de lo que mueve cada año), en especial el preciado calamar que nutre la industria transformadora local.

A mediados del mes pasado los responsables de 20 contenedores de pota congelada china ordenaron al mercante que los traía que descargase en Portugal. Todo ello mientras transitarios y aduaneros manifestaban su disconformidad con la medida por carta a la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo.

Ante la falta de una respuesta de Madrid que modifique la situación, los operadores cuentan con Róterdam, una nueva vía de escape, como ya alertaron algunos exportadores asiáticos a sus clientes habituales en la ciudad. En Holanda, los contenedores "pasan el trámite aduanero" y, posteriormente, vuelven por barco a la ciudad olívica. Fuentes de los operadores señalan que estas fugas se dan como "un goteo constante", que cifran en hasta 30 contenedores semanales.

China es ahora el tercer socio y la abundancia de calamar (especialmente pota argentina, aunque también potón de Perú) que llega a Vigo desde el país asiático hace temer una bajada en los movimientos de pescado en abril. A falta de los datos oficiales, desde el sector esperan que se produzca un importante descenso que agravaría la caída de casi un 10% que se registró en el tráfico del primer trimestre del año (hasta 99.400 toneladas).

Instrucción

Y es que la única reacción que ha llegado desde Madrid a las quejas del sector vigués es una nueva instrucción, la IM/3/2019. En ella figura como única novedad una "medida transitoria" de seis meses por la que no se exigirán esos certificados de captura para las partidas que fueron enviadas antes de la primera instrucción ( IM/1/2019, del pasado 20 de marzo). "Las mercancías elaboradas o procesadas después de esa fecha deberán cumplir íntegramente lo dispuesto en los apartados anteriores", especifica.