La acuicultura gallega vive un momento dulce. La mejor prueba de ello es que el sector mejillonero no deja de pulverizar sus propios registros. Los bateeiros ingresaron en 2018 más de 128 millones de euros, es decir, la quinta mejor marca en lo que va de siglo, por la venta de casi 279.000 toneladas de este molusco, que fue la tercera mayor cifra. Son los mejores datos de la década.

Así lo confirmaba ayer la Consellería do Mar, donde manejan unos datos que solo pueden tacharse de espectaculares, como por otra parte cabía esperar, viendo lo bien que evolucionó la campaña del pasado ejercicio y lo mucho que las biotoxinas marinas respetaron al sector.

Esta circunstancia, unida a la creciente profesionalización y el aumento de la demanda por parte de los clientes extranjeros -sobre todo italianos y franceses- hizo que los casi 279 millones de kilos de oro negro de batea despachados el año pasado superan a los 267 millones de kilos de 2017, mientras que los 128 millones de euros facturados en 2018 también están por encima de los 122 millones de euros ingresados en el ejercicio precedente.

La cantidad también superan los registros de 2015 (264.000 toneladas), 2014 (183.167), 2012 (227.229) y 2011 (222.944 toneladas). Muy lejos están, también, las 212.030 toneladas del año 2010, las 225.000 toneladas de 2009 o las 189.000 de 2008.

Se nota más la positiva evolución al hablar de valor, ya que los 128 millones de euros conseguidos el año pasado dejan en muy mal lugar los 74 millones de 2013, los 94 millones de 2012, los 87 de 2010, los 89 millones de euros de 2009 y los 84 millones facturados en 2008.

La provincia marítima de Vilagarcía volvió a dominar la producción, ya que agrupa a 2.300 de las 3.330 bateas gallegas. Los mejilloneros despacharon el año pasado 194.000 toneladas de molusco de batea, por importe de 87 millones de euros.

Por su parte, en la provincia marítima de Vigo alcanzaron las 65.336 toneladas y los 32 millones de euros. Se trata de un buen dato, pero en este caso hay que aclarar que se produjo una leve reducción respecto a 2017, cuando se habían vendido 67.000 toneladas por importe de 33 millones de euros.

Esto se debe, en parte, a que los distritos de Portonovo, Redondela, Baiona, Vigo y, sobre todo, Bueu y Cangas, sí pudieron verse afectados por lo que se conoce como "marea roja".

Por último, la provincia marítima de A Coruña rozó las 20.000 toneladas y superó los nueve millones de euros.