Las fugas al puerto luso de Leixões se reactivan. Una nueva instrucción ordenada desde Madrid y que entró en vigor el pasado miércoles ha provocado la paralización de algunos contenedores y el desvío de al menos una decena al país vecino. El motivo es que la Subdirección General de Sanidad Exterior ha impuesto más trabas administrativas a las importaciones de pescado congelado desde terceros países y, en concreto, desde China. La instrucción recoge que el 100% de las partidas que lleguen desde el país asiático pasarán por un proceso de verificación en el que se exigirá a los operadores que aporten una copia de los certificados de captura para avalar que el pescado fue congelado, procesado o transportado a bordo de buques autorizados por la Unión Europea. Los afectados, que ayer se reunieron en Vigo, criticaron con dureza la medida y adelantaron que exigirán dimisiones por la "tremenda alarma social" que se ha generado.

En el encuentro celebrado en los muelles comerciales del Areal, los inspectores del Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) vigués se citaron con más de un centenar de consignatarios, transitarios, armadores y personal afectado para aclarar dudas sobre la instrucción para la importación de productos de la pesca congelados o procesados. Según explica el documento publicado en la página del Ministerio de Sanidad, desde el pasado 20 de marzo se aplicaba la instrucción IM/1/2019, pero descubrieron "algunas limitaciones técnicas" a la hora de expedir los certificados sanitarios por parte de los terceros países. En concreto, señalan que se debe a la incompatibilidad de indicar en una misma casilla del TRACES ( TRAde Control and Expert System, sistema informático que permite el intercambio de información sobre importaciones) a los buques pesqueros, de transporte o de plantas que trabajaron con el pescado congelado importado.

Ante esto, la Subdirección optó por anular la instrucción y sustituirla por la IM/2/2019 y, según los operadores, sin informarlos. Con ella, los buques, plantas o almacenes que trabajen con el pescado congelado importado "deberán figurar en la lista de establecimientos autorizados a exportar sus productos" a la UE y, en caso de que solo figure en el TRACES "la autorización de la planta transformadora o establecimiento de expedición", los inspectores deberán "solicitar al interesado en la carga" una copia de los certificados de captura.

Según figura en el texto, esta medida se aplicará para el 100% de las partidas que lleguen de China "dado el historial de cumplimiento" del país y en un 20% al resto de importaciones desde terceros países. De no cumplir con lo requerido, "no podrá autorizarse la importación de la partida".

Solo el año pasado Galicia importó casi 17.500 toneladas de pescado congelado por vía marítima desde China. "A Vigo llega principalmente cefalópodo", explicó ayer el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Enrique López Veiga, que ya confirmó el desvío de al menos 10 contenedores para Leixões. "La medida vuelve a instaurar un rigor aquí sin garantía de que, en otros países, como Portugal, se aplique lo mismo", criticó. A su juicio, la instrucción supone "volver otra vez a los mismos problemas" y reactivar el desvío de mercancías "cuando lo estábamos recuperando poco a poco". "No sé qué se pretende con todo esto, ya que solo nos crea inseguridad jurídica", lamentó López Veiga.

Mientras, los operadores han puesto el grito en el cielo. Fuentes del sector presentes ayer en el encuentro en el Areal explicaron a FARO que esto "va a provocar que siga entrando pescado por Portugal" y adelantaron que enviarán un escrito a Madrid con sus quejas. "Exigiremos dimisiones por esto, aunque ya deberían hacerlo antes de pedirlas", resumieron.

Por otro lado, recordaron que ya hay cargas que están en tránsito hacia Vigo y que "tampoco se ha pensado en qué va a pasar con ello". "Antes con lo que decía el funcionario chino bastaba, ahora no y a lo mejor la carga procede de varios barcos distintos. Es rizar el rizo", criticaron fuentes de los armadores vigueses.