La pesca de cigala en el Cantábrico Noroeste está vedada. Desde le sector vienen reclamando su apertura o que se permita una pesca experimental para controlar la evolución de la especie. La Unión Europea encargó al Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, en sus siglas en inglés) que evaluase esta opción para la unidad funcional 31 (una zona frente a las costas del País Vasco, Asturias y Cantabria) y ayer los científicos emitieron su veredicto: esta alternativa debería durar "varios años (generalmente cinco años o más) para ser útil" y supondría realizar capturas de 697 kilos "aproximadamente siete días en julio" para alcanzar así "una precisión razonable y minimizar el impacto en el stock".

La pesca de cigala en la zona VIIIc (de Fisterre hasta el País Vasco) tiene cuota cero para este año. Una situación que se repitió en 2018 y en 2017. En el último Consejo de ministros europeos para fijar las posibilidades de pesca, FARO adelantó que Bruselas quería esperar a los resultados de un nuevo informe científico para tomar una decisión sobre la pesquería.

Desde el ICES entienden que si se lleva a cabo, esta investigación "debe estar dentro de un programa a bordo de observadores en el mes de julio" y en barcos de la flota industrial "con experiencia en el uso de los equipos comerciales normalmente utilizados en la pesquería de cigala".

El sector del arrastre litoral gallego reclama la apertura de la pesquería de cigala para esta zona. Mientras, en la IXa (de Fisterra al sur) la cuota acordada para España este año asciende a 100 toneladas, lo que representaba un 5,2% más que en 2018.