El Gobierno de Malvinas ha anunciado por primera vez la intención de negociar un acuerdo propio con la Unión Europea (UE) tras el Brexit. Teslyn Barkman, la responsable del departamento de Recursos Naturales y encargada también de lo que rodea a la desconexión de Reino Unido, explicó que las islas necesitarán un pacto "independientemente" del que pueda alcanzar Londres y de si finalmente se da un Brexit duro o no. El Gobierno malvino tiene esta hoja de ruta, pero al igual que la flota pesquera gallega, vive con incertidumbre el proceso de salida. A falta de diez días para la fecha oficial desconocen qué va a suceder y, como en Gran Sol, un divorcio abrupto supondría que la flota de otros países tuviese que abandonar el caladero, lo que afectará a los 24 barcos gallegos de bandera española que se encuentran allí en plena campaña.
La legisladora malvina comentó en las páginas del medio local Penguin News (en el que trabajó en su momento) que desconocen cómo se va a resolver el Brexit tras la última votación en contra del acuerdo presentado por Theresa May. En unas declaraciones publicadas el pasado viernes, Teslyn Barkman indicó que necesitarán un acuerdo propio una vez se resuelva la desconexión el próximo día 29.
Barkman apela a que la relación entre las Malvinas y la Unión Europea se rige de forma separada de Reino Unido a través de la Asociación de los Países y Territorios de Ultramar de la UE (la OCTA, por sus siglas en inglés) y, más concretamente, a través de la Overseas Association Decision (OAD). En base a ello, Malvinas disfruta de acceso libre al mercado comunitario en cuanto a volúmenes e impuestos y una vez que se consume el divorcio deberán negociar un nuevo pacto con Bruselas.
"Tenemos que reconstruir nuestra relación con la UE como sea, esperamos poder desarrollarlo de una manera que sea beneficiosa para ambas partes", señaló la legisladora.
Pesca
Como principal producto que exporta Malvinas a la UE, la pesca estará en ese futuro acuerdo. La responsable del departamento de Recursos Naturales volvió a destacar a esta industria clave para su territorio y citó las importantes capturas de calamar Loligo que realizan 16 grandes arrastreros de capital gallego. Desde el Gobierno insular ya habían alertado -como publicó FARO en septiembre del año pasado- que las exportaciones pesqueras sufrirían un arancel de entre el 6 y el 18%.
Además de ese impacto que tendrían los aranceles en las exportaciones pesqueras a la UE (que entra principalmente a través del puerto de Vigo), la salida sin acuerdo de Reino Unido podría suponer también que la flota tuviese que abandonar el caladero. En la actualidad 40 buques gallegos faenan allí, de los que 24 lo hacen con pabellón español y 16 con pabellón británico. Al igual que sucedería en Gran Sol, los primeros se verían obligados a dejar aguas malvinas el próximo 29 de marzo si la situación no se resuelve en los próximos diez días.
Fuentes de los armadores vigueses ven con buenos ojos la propuesta de Teslyn Barkman, pero explican que "están preocupados" por la posible imposición de aranceles y todo lo que supondrá en tierra una vez llegue el producto que capturan en Malvinas, ya que pasaría a ser considerado producto de un país tercero. Las mismas fuentes también alertan de la incertidumbre para la flota con bandera española sobre su futuro "tras invertir mucho dinero en desplazarse al caladero para pescar". "Esperamos que se nos informe de cualquier movimiento", señalan los armadores.
