La campaña de la nécora -que empezó el pasado 2 de julio y finalizó este domingo- dejó en las lonjas gallegas cifras inferiores a las registradas el pasado año. Tanto las capturas como los ingresos sufrieron descensos, aunque el más pronunciado lo sufrió la cantidad de la especie que llegó a los puertos de Galicia. Los centros de primera venta de la comunidad subastaron 107 toneladas del crustáceo, un 26,8% menos que las vendidas durante la anterior campaña, cuando se comercializaron 147 toneladas. La facturación dejó 1,9 millones de euros en las lonjas gallegas, en contraste con los 2,2 millones recaudados el pasado año, una caída del 13,4%, según los datos provisionales de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar.

El sector, con las cifras en la mano, hace un balance negativo de estos seis meses de la campaña de la nécora. "Las capturas fueron malas y los precios también, sobre todo en las últimas semanas", lamenta el presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega), José Luis Rodríguez. A pesar de la caída en el coste que menciona Rodríguez, el precio medio de la especie rondaba los 18 euros (17,9), por los 15,1 euros el kilo que cerraron la temporada anterior, un aumento del 18,5%.

El representante de la flota de artes menores indica que en el verano había presencia de cría del crustáceo, lo que con el tiempo se traduciría en un ligero aumento de capturas. Lo que sorprende a Rodríguez es la caída de los precios en las últimas semanas, cuando los barcos descargaron algo más de nécora: "No encuentro una explicación a la caída de precios tan grande que sufrió la especie. Sí que es cierto que algo más de capturas hubo, pero no creció tanto la oferta como para que se produjera esta caída en el precio", subraya.

Uno de los factores que influyó en el desarrollo de la campaña, según Rodríguez, fue el mal tiempo. "Hasta hace dos semanas aproximadamente no podíamos salir todos los días a faenar por el mal tiempo", apunta el presidente de Asoar-Armega, que añade que las condiciones meteorológica también pudieron afectar al desarrollo de la especie.

Ahora la especie está en veda hasta el inicio de la próxima campaña, que comenzará a principios del mes de julio. "Estos seis meses de descanso son suficientes para que la especie pueda recuperarse", sostiene Rodríguez, aunque podría haber algunos factores que marquen este proceso. "El tiempo y, sobre todo, la contaminación juegan su papel ya que influyen en el desove y en el crecimiento de las crías", matiza el representante de la flota gallega de artes menores.