Dos empresas con experiencia en recuperación de navíos hundidos, como son la cambadesa Dragados Osmar y la cántabra Demoliciones Submarinas, consideran que el reflotamiento del Sin Querer Dos es "inviable" debido a la gran profundidad a la que se encuentra el buque y a las complejas condiciones del mar en la zona donde se encuentra, a unos 8,5 kilómetros del faro de Fisterra y a unos 11,5 del cabo que cierra por el sur la extensa playa de Carnota.

Después de que el Sebastián de Ocampo de Gardacostas localizase con su equipo de sonar de barrido lateral el cerquero que naufragó el 19 de este mes, el remolcador Don Inda, de Salvamento Marítimo, se desplazó a la zona. Llevaba a bordo un robot submarino, con el que se hizo una inspección pormenorizada del pecio.

Lo único que ha trascendido por ahora es que el barco se encuentra a una profundidad de 114 metros, lo que hace que un eventual rescate del barco fuese extraordinariamente costoso y complejo desde el punto de vista técnico.

Así lo apuntan al menos Manuel Cernadas, de Dragados Osmar, y Santiago Galán, responsable de los buzos de la cántabra Demoliciones Submarinas. Cernadas señala que "todo lo que sobrepase los 50 metros de profundidad es un mundo aparte, y más en costa y con mar de fondo".

"De intentar reflotar un barco que está a 50 metros de profundidad a otro que está a 100 o más hay un universo", explica Galán, que argumenta que técnicamente sería posible, pero que el coste sería desorbitado.