La pesca ilegal y la abundancia de depredadores como el pulpo pueden provocar escasez de centollo en las rías gallegas. Pero hay otras causas que afectan a la especie y su captura y que parecen hacerse notar de forma intensa en los últimos días, como son la luna llena, que los marineros conocen como "lúa á campá", y las bajas temperaturas.

Estas dos circunstancias, que coincidieron a lo largo de la semana, contribuyen a que el crustáceo se oculte y resulte muy complicado para la flota de enmalle dar con su escondite, de ahí que los aparejos pesquen menos cantidad de la que sería deseable para el sector.

Esto se traduce en un descenso de capturas en las lonjas y, generalmente, aunque no siempre es así, propicia una subida del precio en primera venta que después el consumidor nota cuando acude a las plazas de abastos, pescaderías o supermercados.

El descenso de capturas se ha notado en prácticamente todas las rulas gallegas, entre ellas la de O Grove, donde suelen descargarse importantes cantidades y este producto alcanza las cotizaciones más altas.

El resultado es que, presumiblemente por las causas antes citadas -la luna llena y el frío-, las capturas cayeron esta semana a menos de la mitad respecto a lo ocurrido en la anterior, cuando arrancó la campaña.

Como ejemplo puede decirse que el puerto de O Grove pasó de subastar 3.252 kilos el primer día de actividad a quedarse en solo 1.150 kilogramos en la tarde de ayer, con un precio máximo de 13 y un mínimo de 9 euros por kilo; mientras que la de Cambados pasó de los 909 kilos del día 12 a solo 106, en este caso con un "primer mío" de 15,20 y una cotización mínima de 8 euros.

Mejor fueron las cosas para los buzos del erizo de mar, que ayer subastaron 1.100 kilos, a un precio de seis euros.