Los armadores cuentan los mismos casos. Un empresario busca tripulantes para su barco y solicita personal. Desde el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) envían un buen número de candidatos y, finalmente, ninguno es válido. Bien sea porque no están realmente interesados en la vida de mar, no tienen la formación o no cuentan con los requisitos necesarios, en Galicia en el último año solo el 2% de los puestos de trabajo del sector se cubrieron con esta herramienta. El resultado es que el pesquero permanece amarrado a puerto, perdiendo días de faena. Es decir, perdiendo dinero. "Hay una evidente falta de tripulaciones", se quejan desde la Confederación Española de Pesca (Cepesca). En el otro lado de la balanza están los titulados náutico-pesqueros, que en boca de la asociación Aetinape recuerdan que las escuelas están llenas y que el español es uno de los mejores sistemas de formación en esta materia de todo el mundo. En medio de este fuerte mar de fondo, el Gobierno ha sacado a consulta pública un proyecto de modificación del real decreto que regula los títulos profesionales del sector pesquero. Quieren "paliar la actual escasez e capitanes y oficiales existente en la flota pesquera". Los alumnos, sin embargo, reclaman otras medidas que entienden más efectivas, como pueden ser mejorar las condiciones a bordo, facilitar las prácticas obligatorias o un mayor salarial acorde con la dura vida del mar. Un gran oleaje que sacude el problema laboral de la pesca española.

Reunidos en la biblioteca del Instituto Marítimo Pesqueiro do Atlántico, en Vigo, más de una veintena de alumnos exponen a FARO sus puntos de vista sobre el conflicto. Tienen edades que van desde los diecitantos hasta pasados los cuarenta, con lo que entre sus filas los hay que ya han pasado largos meses embarcados y han vuelto para seguir formándose. Alumnos como Miguel Outeiral, Álvaro Rodríguez o Jorge Carballo tienen claro que hay que medir mucho los cambios que se pretenden llevar a cabo y temen un detrimento en la enseñanza. "Creemos que es un tema que nos toca con mucha sensibilidad a todos. A medio-largo plazo vamos a sobrar titulados en la pesca y esto se va a acabar", explican.

Entre las principales dificultades que se encuentran están los días de mar. Al acabar la formación teórica los alumnos deben realizar unos meses de prácticas y posteriormente embarcarse durante un período de tiempo para conseguir el título profesional. Recuerdan que "hay empresas que no quieren alumnos" y que al final "cada uno se tiene que buscar la vida". A ello suman que no existe la figura del aprendiz y en la mayoría de las veces alguien que debe hacer sus prácticas en el puente o en la sala de máquinas "acaba en el parque de pesca, como un marinero más".

Por otro lado critican también los bajos sueldos para aquellos que empiezan en el mar y aseguran que "las condiciones no son tan buenas como las pintan los armadores", tanto en lo que respecta a la habilitación como a los salarios. "Es que con lo que ofrecen no compensa salir al mar y dejar en tierra a la familia", explica uno de ellos. Otro, en cambio, añade: "Titulados hay, pero el problema son lo sueldos. Y no hablo solo de las empresas pequeñas". Por ello, reclaman "empresarios dignos" que cuiden de los barcos y de sus trabajadores.

Borrador

Las primeras informaciones que les llegan a través de Aetinape sobre el borrador del nuevo decreto y las atribuciones o exigencias para los títulos les preocupan y, por este motivo, el alumnado ha decidido pasar a la acción. "Vamos a presentar alegaciones entre los tres centros de la comunidad gallega. También se van a sumar las de otros centro del país. Creemos que es un tema que nos toca con mucha sensibilidad a todos", explican.

Con sus compañeros intentarán sacar el mejor partido para su futuro en el mar revuelto que se forma entre Gobierno, titulados y armadores. De hecho, no descartan movilizarse si finalmente ven afectada su salida laboral y dejan una declaración de intenciones: "Si quieren titulados aquí estamos, que vengan a buscarnos los armadores".