La industria española de elaborados de productos del mar -concentrada prácticamente en Galicia- no había protagonizado nunca un conflicto laboral como el que arrancó el 22 de octubre, con una huelga intermitente que amenaza con convertirse en indefinida en poco más de una semana. Ha sido por la "parálisis" en la negociación del convenio colectivo, de carácter estatal, y que ha germinado pese al -evidente- cisma sindical y a haberse concentrado en media docena de factorías de Pontevedra. La última propuesta de la patronal ANIE fue descartada por las centrales sindicales aunque, según fuentes próximas a las empresas, algunas se quedarían "sin márgenes" en caso de aplicarla. Es más, las mismas fuentes aseguran que hay grupos que sopesan elevar la producción en filiales del extranjero -con menores costes laborales- para compensar los parones y esquivar la conflictividad. En este escenario, en el que además no se ha producido ningún nuevo acercamiento entre patronal y sindicatos, el conflicto en la industria aterriza hoy en el Parlamento gallego.

Lo hará a través de una iniciativa de En Marea en la que insta a la Xunta a "actuar" y "adoptar un papel activo de mediación para alcanzar un acuerdo". Es un paso que ya dio el Consello Galego de Relacións Laborais -lo hizo motu proprio, según aseguró el organismo que preside Verónica Martínez Barbero-, tras el cual se celebraron dos encuentros en Madrid. Los sindicatos, antes del primer día de paros, llegaron a anticipar que habría algún "gesto" de otros grupos de la oposición, pero esta idea se disipó tras las primeras protestas cuando representantes de En Marea acudieron a factorías como la de Fandicosta (Moaña) o Cabomar. (Marín). "No estaban invitados políticos, pero allí aparecieron y no fue por casualidad", lamentaron desde una de las centrales convocantes.

Estudio

La iniciativa de esta formación insta también a la Xunta a "realizar un estudio de las condiciones laborales en este sector, atendiendo especialmente a las situaciones de subcontratación". El salario base con el plus de convenio para una operaria es ahora de 855 euros, y el objetivo de las centrales sindicales es alcanzar los 14.000 euros anuales en 2020 (la última propuesta de ANIE pasaba por llegar a este umbral en 2021). El recurso a las empresas de trabajo temporal (ETT) fue motivo también de conflicto durante la negociación del convenio de Nueva Pescanova -durante el cual la multinacional vivió su primera huelga en casi seis décadas- o en Fandicosta, que aplica el convenio estatal. El pasado verano, de hecho, firmó un pacto con los delegados de UGT y CIG, acuerdo del que se desmarcó CC OO. En la patronal no ocultan que, a su juicio, "el conflicto se está centrando" en la compañía que preside Ángel Martínez Varela y en Cabomar Congelados, aunque el primer día de paros sí lograron paralizar la actividad de Pereira Elaborados (Vigo), Mascato (Salvaterra), Numarsi (Pontevedra) o Galicia Processing Seafood (Marín).

Aunque no se ha planteado -oficialmente- por parte de ninguna empresa, la fuerte presencia internacional de las compañías gallegas de elaborados les otorga la capacidad de elevar producción fuera de España con factorías en Namibia, Sudáfrica, Cabo Verde, Argentina o Vietnam, así como maquilas en Ecuador, Perú o México.