La Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) ha publicado el informe sobre el hundimiento del pesquero guardés Rúa Primero, que embarrancó en unas rocas al norte de Baiona en junio de 2017. Según explica la comisión dependiente del Ministerio de Fomento, el barco no contaba con la tripulación mínima exigida para realizar el tipo de pesca que realizaba y el patrón, que no había descansado lo suficiente, se despistó a la hora de pasar por la zona conocida como Os Carallóns.

Según recoge la Ciaim, "el patrón no había descansado de manera suficiente y efectiva" debido a la falta de un segundo patrón "necesario para la navegación que estaba realizando". Del mismo modo, entienden que "no llevaba una vigilancia visual efectiva de la navegación" y que incurrió en "un exceso de confianza" tanto en el sistema de navegación y las cartas electrónicas como debido a su "familiarización con la zona".

Sobre el descanso, desde la comisión concretan que desde la salida de puerto el día 13 de junio y hasta el momento del accidente "transcurrieron un total de 22 horas". "De las declaraciones de los tripulantes se desprende que el patrón había descansado alrededor de una hora y media en toda la marea", concluyen.

Del mismo modo, también realizan una recomendación de seguridad dirigida a la Capitanía Marítima de Vigo, a la que insta a revisar los "procedimientos de despacho de embarcaciones pesqueras para garantizar que se cumplen los requisitos de tripulación mínima".

A bordo del Rúa Primero iban aquel día cuatro personas que tuvieron que ser rescatadas por el helicóptero Pesca 1. En declaraciones a FARO señalaban que pasaban por allí "un millón de veces" y que fue "un susto tremendo".