El Ministro de Pesca, Luis Planas, decía este mes en una entrevista con FARO que la pesquería de la sardina ibérica se planteaba como una incógnita de cara a 2019. Los científicos avalaban el año pasado una prohibición de su captura para recuperar la especie, pero los gobiernos de España y Portugal estimaron que el peso económico y social que tiene su pesca es demasiado importante como para llevar las posibilidades de pesca a cero. Finalmente la campaña se abrió en dos tandas entre mayo y octubre con unas importantes limitaciones para las flotas de ambos países. Ahora, tanto Madrid como Lisboa deberán volver a convencer a la Comisión Europea para que la pesquería reabra en 2019, una misión que estará vinculada a los resultados científicas.

La secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz, explica que el "interés" de ambos países es el de "mantener abierta la pesquería", pero que para ello necesitan "saber el estado de la sardina" para "plantear a la Comisión la propuesta más conveniente". Es decir, que al igual que sucedió a finales de 2017 y principios de este año, el Ejecutivo deberá esforzarse para convencer a Bruselas de que el mantenimiento de un tope de capturas no afectará a la recuperación de la especie.

Los científicos hablan de un posible "colapso" de no tomar medidas y Villauriz señala que, "aún admitiendo que el estado del recurso no es óptimo y que necesitan tomar medidas para la recuperación biológica", el Gobierno espera nuevos estudios científicos para comprobar la evolución de la sardina en aguas ibéricas.

Los últimos disponibles por parte del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) fueron publicados en julio de este año. En el informe se habla de que para el año que viene las capturas deberían reducirse a cero. Tras la noticia, la reapertura prevista para el pasado 1 de agosto se redujo a 1.583,88 toneladas para España (un 35% menos a lo previsto inicialmente) y la campaña se acortó un mes, hasta finales de septiembre. No obstante, la escasa cuota disponible provocó que la pesquería cerrase definitivamente los primeros días de septiembre.

A tan solo dos meses y un día de 2019, desde el sector no tienen noticia alguna sobre el futuro de la pesquería. Desde la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), mayoritaria en este segmento de flota en la comunidad gallega, esperan disponer al menos de la misma cantidad que este año, pero reconocen que ahora mismo la especie "es un problema". "No están las cosas nada bien con la sardina y no sabemos hasta donde llegarán los gobiernos de España y Portugal", comenta el portavoz, Andrés García.