Los sindicatos CC OO, UGT y CIG creen que la primera jornada de huelga en las factorías pesqueras gallegas fue tan exitosa que la patronal ha pedido ayuda a la Xunta; las empresas dicen que los paros fueron tan limitados que las centrales sindicales necesitan abortar las movilizaciones para evitar un "ridículo". Son dos versiones para una misma consecuencia, y es que el Gobierno gallego mediará entre ambas partes para evitar que se encone un conflicto que nació de la falta de acuerdo para un nuevo convenio colectivo. La presidenta del Consello Galego de Relacións Laborais, Verónica Martínez, ha citado hoy en Vigo a dos representantes de Conxemar y otros tantos de cada sindicato convocante. Fuentes consultadas por FARO aseguran que lo ha hecho por encargo de la secretaria xeral de Emprego, Covadonga Toca. La intención de Martínez, según las mismas fuentes, es aliviar la tensión y que ambas partes fijen una fecha para retomar las negociaciones, paradas desde hace casi un mes, y con ello suspender las jornadas de huelga previstas para este miércoles y jueves. Será lo único que podrá hacer ya que el convenio de elaborados de productos del mar, el foco de la actual crisis, es de carácter estatal. Desde los sindicatos indicaron que la suspensión de los paros solo sería "una posibilidad" si la patronal "se sienta con un cambio de postura". "Si vienen con la misma oferta que la del día 24 de septiembre -último día en que se citaron las dos partes- no tenemos nada que hablar". "La gente está por la labor de hacerla indefinida" si no hay acuerdo, anticipó el secretario comarcal de Industria de CC OO-Vigo, Armando Iglesias.

Aunque la industria de transformación pesquera ha trabajado por la desestacionalización del consumo con nuevos productos y formatos, la Navidad es la época del año de mayor demanda y ya está trabajando para abastecerla. Es en este contexto que se ha colado este conflicto a nivel nacional -concentrado principalmente en Galicia- y que ayer logró paralizar la producción de media docena de factorías de Vigo, Marín, Pontevedra, Moaña y Salvaterra. Una huelga inédita en el sector que fue secundada según los sindicatos por el 90% de los trabajadores gallegos afectados. La patronal no ofreció datos de seguimiento. La acción de los piquetes de CC OO, UGT y CIG fue decisiva para el "éxito" de los paros; las factorías donde no se desplegaron trabajaron "con normalidad", según las fuentes consultadas por FARO.

Los paros

La factoría de Pereira en el muelle de Vigo fue la primera en padecer el parón de actividad al contar con turno de noche, y a ella le siguieron las de Cabomar Congelados, Galicia Processing Seafood (ambas de Marín), Fandicosta (Moaña), Mascato (Salvaterra) y Numarsi (Pontevedra). En total estas plantas emplean a 770 personas, según los últimos datos disponibles en el Registro Mercantil. La pérdida de producción durante el primer día de huelga ronda las 150 toneladas, que sobrepasarán las 450 si se mantienen los paros con la misma intensidad que este lunes.

"Se necesita sensatez, no había necesidad de llegar a este extremo". La representación empresarial defiende los avances de su oferta, que pasa por un aumento del 5,5% para el 2018, otro 1,75% para 2019 y del 1,75% para 2020, sin cláusula de revisión salarial. El objetivo de los sindicatos es de alcanzar un salario de 14.000 euros anuales, fijar una clásula de revisión -si el IPC sube más de un 3% entre 2019 y 2020-, reducción de la jornada anual (de 1.752 horas a día de hoy) y "el derecho de poder acompañar a sus hijos al médico", recordó ayer el secretario comarcal de la Federación Gallega de Alimentación y Mar de la CIG, Suso García. "Hemos tenido que dar este toque de atención a las empresas, que tampoco quieren que el tiempo del bocadillo entre en el cómputo de jornada diaria", agregó su homólogo en UGT, Ignacio Couñago. El salario base con el plus de convenio para una operaria es ahora de 855 euros.

A excepción de "pequeños rifirrafes" en Fandicosta y Cabomar, tal y como trasladaron delegados sindicales, la primera jornada de huelga transcurrió sin incidentes. El resto de las grandes compañías del sector eludió los paros por contar con convenio propio (Pescanova, Marfrío) o por estar adheridos otros convenios. Eso sí, al menos una filial española de Nueva Pescanova también vio alterada su actividad por la acción de piquetes y la inasistencia de sus trabajadoras. Se trata del centro productivo de Catarroja (antigua Fricatamar), no amparada por el acuerdo suscrito el año pasado entre la dirección y los trabajadores de las factorías gallegas (Chapela, Porriño y Arteixo). Tampoco Insuiña forma parte del nuevo convenio de la multinacional.