A la imprevisibilidad que caracteriza la pesca extractiva -máxime hoy en día, por los fenómenos meteorológicos y el cambio climático-, se suman habitualmente cuestiones de índole política o diplomática que también exceden a la capacidad de decisión o maniobra del sector. Ha sucedido con los acuerdos bilaterales con Marruecos, Mauritania o Bissau, cuyas interrupciones o renovaciones han dejado a decenas de barcos amarrados a puerto, operando fuera de 200 millas o forzados a alcanzar pactos privados. Es un panorama que se cierne ahora sobre los buques que operan ahora en Gran Sol, una pesquería mixta de la que viven cerca de 80 barcos gallegos y uno de los caladeros históricos para Galicia. Faltan 164 días para que se haga efectiva la desconexión de Reino Unido de la Unión Europea ( Brexit) y todavía no se ha sellado un acuerdo de salida. En previsión de que se consume el fracaso en las conversaciones con la Unión Europea, el departamento de Pesca del Gobierno de Theresa May ha publicado en su web oficial un aviso a navegantes: todos los barcos de bandera no británica perderán el acceso directo a sus aguas y puertos en poco más de cinco meses.

Esta semana es vital para el devenir del Brexit y, por tanto, para el sector pesquero gallego. Los líderes de los Veintisiete pasarán revista el miércoles al estado del acuerdo -inexistente, de momento-, que deberá ser ratificado en noviembre en un consejo extraordinario. "Algunas partes del documento han sido ya acordadas entre Reino Unido y los negociadores de la UE", comandados por Michel Barnier, "aunque no hay nada decidido hasta que todo esté decidido". En materia de pesca la incertidumbre es absoluta, y así queda patente en el comunicado difundido por el Ministerio de Pesca británico. ¿Qué pasará si el Brexit se consuma sin un pacto de desconexión? En primer lugar, que Reino Unido dejará de aplicar la Política Pesquera Común (PPC) de forma automática y, sobre todo, anulará el llamado criterio de estabilidad relativa. Este último es el sistema de reparto pactado en 1983 -España y Portugal se incorporaron tres años después-, por el que la flota española dispone apenas del 7% del total permitido de capturas pese a disponer de más del 20% de la capacidad pesquera comunitaria. Estos dos puntos se ejecutarán sí o sí, haya acuerdo o no para el Brexit.

Las novedades esgrimidas por Londres son las siguientes:

| Acceso a las aguas. Ningún barco no británico tendrá acceso automático dentro de sus 200 millas, y no habrá posibilidad de intercambio de cuotas entre pesqueros de Reino Unido y de otro Estado miembro. Este cierre de fronteras afectará al caladero de Gran Sol, en el que operan unos treinta barcos con puerto base en Vigo. De ellos, más de una docena tienen bandera española y son los que no podrían seguir operando (al menos en aguas británicas). Supondría el cese de actividad para más de 250 tripulantes; Vigo perdería un volumen de negocio -en primera venta- de en torno a veinte millones de euros anuales.

| Posibilidades de pesca. "La administración pesquera dirá a los armadores británicos cuál será su cuota", aunque Londres no expone en base a qué criterios. Lo que así anticipa es que pretende repartir las posibilidades de pesca en enero de cada año -se estrenaría ya en 2019- "para evitar una disrupción de la actividad y permitir al sector que planifique el año". Bruselas fija los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas en la primera semana de diciembre. "No existirá un acceso automático para el intercambio de oportunidades de pesca con los Estados miembros de la UE, y no habrá acceso automático para que los Estados miembros de la UE intercambien oportunidades de pesca con el Reino Unido".

| Descarga de pescado. Aún cuando "de forma excepcional" un buque tenga permiso para entrar en aguas británicas, no existirá un acceso "automático" a sus puertos para la descarga de pescado. Y a la inversa, lo que cercenará la actividad de la veintena de barcos de capital gallego en las Falkland (Malvinas). El Ejecutivo insular ha alertado -como avanzó FARO- de la posibilidad de que las capturas que se realicen en sus 200 millas tengan un arancel de hasta el 20% para descargar en Vigo, el puerto de entrada para Europa.