La flota pesquera gallega declina por partida doble. A la pérdida de embarcaciones que padece la comunidad en los últimos años, que ha reducido el registro de buques a mínimos históricos, se suma el progresivo envejecimiento de los buques. La escasez de cuotas con la que lidia el sector en Galicia frenó en seco la construcción de nuevos barcos en las últimas décadas. Esta falta de relevo acentúa el problema de antigüedad de la flota gallega hasta el punto de que un tercio de los pesqueros gallegos (1.538 de 4.466) supera ya los 40 años de antigüedad, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente al cierre del año pasado.
El número de embarcaciones más longevas sigue una trayectoria opuesta a la del conjunto del sector. Galicia perdió 759 buques pesqueros desde el año 2008 entre unidades que o bien acababan en el desguace tras décadas de actividad o abanderadas en otros países para aprovechar unas mayores cuotas de las que no dispone la comunidad gallega. Sin embargo, el registro de embarcaciones de más de 40 años se amplió con 292 nuevas unidades desde entonces, provocando que estas representen ya el 34,4% del total.
El porcentaje supera con holgura al 23,8% que se registraba en el año 2008 y al 29,2% en que se sitúa en el conjunto del país. De hecho, el envejecimiento de la flota solo se hace más patente en otra comunidad autónoma. Es el caso de Canarias, en donde los buques de más de 40 años de antigüedad suponen ya el 48,8%. En el lado contrario se encuentran otras dos comunidades con un elevado peso del sector pesquero, como Andalucía y, especialmente, País Vasco. Los barcos de más de 40 años de antigüedad representan un 22,3% del total en la primera y un 1,5% en la segunda.
Este factor está pesando sobre la antigüedad media de la flota gallega, que ya ronda los 34 años, tres más que la media europea. Una parte de la explicación de las fuertes diferencias en la longevidad de los buques se encuentra en la naturaleza de los caladeros en los que faenan. Según reflejan los datos del ministerio, cuanto más alejadas estén estas aguas, más modernas son las embarcaciones. De los 194 buques españoles que faenan en aguas de fuera de la UE, como es el caso de la flota de NAFO o de los atuneros del índico -en su mayoría vascos-, apenas seis (el 3%) superan los 40 años de antigüedad.
A la necesidad de contar con embarcaciones más resistentes para hacer frente a unas condiciones más adversas se suman unos rendimientos superiores a los de la flota de bajura, lo que permite realizar inversiones y renovar su flota. Una situación opuesta a la de aquellas embarcaciones que limitan su área de actividad a aguas del Cantábrico, como la flota de artes menores gallega. El 32,7% de los buques que operan en este caladero supera los 40 años de antigüedad.
