El langostino se precia cada vez más en los mercados de medio mundo hasta el punto de que ya es la segunda especie pesquera favorita para los consumidores chinos, según una encuesta de Sea Bridge Marketing. La apertura de nuevas oportunidades de negocio y la abundancia de materia prima en aguas argentinas, en la que faenan buques de hasta seis compañías gallegas, ha provocado un boom en las capturas de este crustáceo en los últimos años. Solo entre los meses de enero y agosto se descargaron 141.327 toneladas de langostinos en los puertos del país.

Pese a retroceder un 7,7% respecto al mismo periodo del año pasado -en el que se pulverizaron todos los registros históricos-, las cifras duplican a las registradas hace apenas cuatro años. A estas mismas alturas del 2014 se contabilizaban 66.853 toneladas, según los datos del Gobierno argentino, que, como consecuencia del plan de ajuste anunciado el lunes por su presidente Mauricio, Macri, rebajó la categoría del Ministerio de Agroindustria a secretaría de Estado. Las descargas de langostino en las lonjas del país sudamericano se encaminan a superar la barrera de las 200.000 toneladas al cierre de año por segunda vez en la historia -la primera fue en 2017-. La mayor parte de la tarta se la llevan los buques fresqueros, que contabilizaron 75.040 toneladas en capturas (el 56,3% del total), frente a las 58.203 toneladas de los tangoneros (el 43,7%).

Esta senda triunfal en las capturas ha supuesto un impulso en los últimos años para los volúmenes de negocio de las filiales de firmas gallegas como Nueva Pescanova, Iberconsa, Profand, Videmar, Vieirasa o Lanzal, que cuentan con buques faenando este crustáceo en aguas argentinas. Pero ahora se enfrentan a una nueva carga. Se trata del impuesto de cuatro pesos por cada dólar exportado, que decretó este lunes el Gobierno de Mauricio Macri y que se suma a lista de recortes que ha sufrido los últimos años la industria gallega en suelo argentino.

El Ejecutivo argentino suprimió a finales del 2016 las ayudas fiscales conocidas como reembolsos. Con ellos se reintegraba entre el 8% y el 13% del valor de las exportaciones de los envíos realizados desde los puertos del sur del país, en la Patagonia. Se trata de la región a través del que concentran su actividad las empresas pesqueras gallegas asentadas en Argentina, que giran en torno a las provincias de Chubut y Santa Cruz.

Más al norte, el cese de 60 trabajadores de la Subsecretaría de Pesca -20 de ellos en el Distrito Mar del Plata- ha agitado la situación en la zona. Los inspectores reducen los controles a las descargas en señal de protesta por la medida. "Parece no importarles que la pesca esté sin control y los empresarios puedan descargar la especie que quieran, ya que en todo este tiempo, aún no han dado respuestas", denuncian los trabajadores en un comunicado recogido por el medio argentino Revista Puerto.