Una devastadora marea roja oscurece el agua del mar y está matando a delfines, tortugas y peces a un ritmo frenético en la costa oeste de Florida, donde autoridades estadounidenses han declarado estado de emergencia. Solo este mes han sido recogidas más de 100 toneladas de animales marinos muertos en las playas de la zona, un área normalmente llena de turistas ahora impregnada de un olor nauseabundo. En la última semana aparecieron muertos 12 delfines, tantos como en todo un año.