La firma Proameixa Fernández (Proafer), impulsora del primer criadero de almeja a flote, se ha puesto como meta revolucionar la producción tradicional de un recurso gourmet muy valorado en todo el mundo: la peneira ( Haliotis tuberculata), también conocida como oreja de mar o abalón. La empresa ha solicitado a la Xunta el permiso para llevar a cabo un proyecto experimental con el que criar en batea este apreciado recurso, que solo el año pasado alcanzó un precio medio en lonja de 20 euros el kilo. Con la instalación de 260 jaulas de cultivo suspendidas de la plataforma en el polígono B de A Pobra do Caramiñal, la empresa espera producir 6.500 kilos al año. Para ello solicita un permiso de un mínimo de cinco años de duración, que reportaría unos ingresos de casi 400.000 euros en el último año, según sus cálculos.
Elaborado por el biólogo Laurent Cortijos bajo el título Proyecto experimental para estudiar la viabilidad del cultivo de oreja de mar en un artefacto flotante tradicional con su propia producción de macroalgas cultivas en long-lines, la solicitud de Proafer indica que "no se dispone por el momento de referencias sobre el comportamiento y viabilidad del cultivo de esta especie en sistemas flotantes", pero matiza que es "un tipo de cultivo muy común en otros países como Chile o Francia, donde (...) se da ya a nivel industrial".
Con esta premisa, y dado "el interés creciente del sector acuícola para cultivar esta especie" (en relación a la planta de Galician Marine Aquaculture, en Muros), Proafer quiere instalar una batea para "experimentar el engorde" de este molusco. Con ello esperan crear un modelo de gestión productiva con vista a su explotación en el futuro en otros puntos del litoral gallego. Junto a ella se instalaría también un sistema de long-lines (palangre) para el cultivo de algas marinas (de las especies Saccorhiza polyschides y Laminaria ochroleuca), "con el objetivo principal de tener cerca de la batea de cultivo de oreja de mar una fuente de alimento fresco y natural".
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En concreto, la batea ( Peneira I) tendrá unas medidas de 20x27 metros, con una superficie útil máxima de 500 metros cuadrados. Las vigas del artefacto permitirán colgar un total de 260 jaulas de cultivo, que serán contenedores sumergidos a un mínimo de siete metros de profundidad. La propuesta para los long-lines, por su parte, consiste en líneas de 90 metros de longitud y 85 cuerdas de producción. La producción estimada de algas es de entre 2.500 y 4.000 kilos por línea.
Debido al crecimiento de la especie, Proafer calcula que la primera producción no se dará hasta el tercer año. Para lograr las cantidades estimadas empezarán con la colocación de 2.500 individuos con una talla de 25 milímetros por contenedor. Con limpiezas de contenedor cada tres meses, se prevé un desdoble a los dos años. Tras estas operaciones, se alcanzarán ejemplares de entre 75 y 85 milímetros.
El proyecto incluye esquemas con todo tipo de controles periódicos y define el impacto medioambiental, así como su interacción con la Zona Especial de Protección de las Aves en aguas marinas en la que se incluye el polígono. Desde Proafer concluyen que la implantación del sistema "no supone, a priori, ningún tipo de impacto significativo".
"Es algo que nunca se ha hecho, pero ya llevamos a cabo algunas pruebas y creemos que es viable", apuntó a FARO el responsable de la empresa, José Manuel Fernández, que espera que las próximas semanas les concedan el permiso.
