El Instituto Nacional de Estatística (INE) de Portugal reveló esta semana que las 16 organizaciones de productores (OP) pesqueras del país aumentaron un 7,9% las capturas de sardina el año pasado. Todo ello pese a la delicada situación de la especie, como alertaron los científicos, y en un clima de reducción de la pesca de esta especie. Solo en Galicia las lonjas vendieron el pasado curso un 20% menos de esta especie, al pasar de 4.374 toneladas en 2016 a las 3.453 registradas el año siguiente.

Las estadísticas de pesca del INE revelaron que en Portugal el volumen de descargas de pescado de litoral en general descendió un 13%, siendo especialmente negativo en la caballa (un 38,7% menos), jurel (-19,7%) y la bacaladilla (-10,7%). Por el contrario, las capturas de sardina aumentaron ese 7,9% y, de manera significativa, también crecieron en el caso del boquerón (más de un 30,3%).

Los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) alertaron en verano del año pasado que ni aún vedando la pesca de sardina durante los próximos 15 años la especie podría recuperarse. Pese a ese aviso, tanto España como Portugal acordaron un plan de gestión nuevo para limitar la capturas a 14.600 toneladas este año durante seis meses (entre mayo y octubre). Una vez aprobado por la Comisión Europea (CE) en este 2018, la flota pudo salir a faenar el pasado 1 de mayo en España y el día 21 en el país vecino.

Precisamente allí sorprendieron a un braco esta misma semana que había excedido el cupo permitido al día en 660 kilos de sardina. Militares del Subdestacamento de Controlo Costeiro de Peniche encontraron el pescado a un embarcación que ahora pierde puntos en su licencia de pesca y se arriesga a una multa de entre 250 y 25.000 euros, según explicaron medios locales.