El medio centenar de cerqueros gallegos desplazados al Cantábrico para la costera de anchoa están satisfechos ante la "francamente buena" campaña de la especie. "Es un año de anchoa", remarca un representante del cerco, algo que certifica el récord de desembarques de recurso en las lonjas gallegas. Las subastas en los centros de primera venta de la comunidad son las más elevadas desde 1997: hasta el pasado viernes, comercializaron 1.560,8 toneladas de anchoa por más de 2,5 millones de euros, frente a las 584,6 toneladas por un millón de euros del mismo periodo del año pasado.

"Los marineros pescaron bien a pesar de los días de mal tiempo. La costera ya se acaba; según la pesca que haya, en 15 días podría haberse terminado", explica el vicepresidente de Cerqueiros Galegos, Gonzalo Pérez, que destaca que el recurso de mayor tamaño llegó a alcanzar los cinco euros por kilo pero que, en general, se mantiene en poco más de un euro. El portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García, indica que en vez de salir cinco días al mar, la flota va cuatro para rentabilizar la actividad y "estirar" las cuotas.

Los buques españoles disponen de 29.700 toneladas de esta especie para 2018, de las que el 10% se reserva para el segundo semestre (de julio a noviembre). Cada unidad de más de 120 GT -arqueo de registro bruto- o con doce o más tripulantes enrolados puede pescar diez toneladas de anchoa diarias hasta finales de junio o hasta agotar el cupo, mientras que el resto dispone de ocho toneladas. Los límites de captura en la segunda parte del año son el 75% de las de la primera, de 7,5 y seis toneladas, respectivamente.

La flota de cerco captura poca sardina ya que el tope establecido hasta finales de mes es de una tonelada semanal por unidad y algunos buques esperan a junio, cuando el límite aumenta hasta las seis toneladas, para dirigir la actividad. Según Pérez, que exige un control "mucho más severo" sobre la pesquería, este reparto supone un "abuso" de los buques grandes que se desplazan a la costera de anchoa al País Vasco y que capturan sardina al volver sobre los pequeños, que permanecen en aguas gallegas debido a sus características. El precio de una caja de 15 kilos de este recurso, que los barcos portugueses comenzaron a pescar ayer, llegó a alcanzar los 50 euros, aunque la media estuvo en los 20 o 25 euros, según apuntan fuentes del sector.