La flota arrastrera gallega que faena en aguas de Mauritania paga una licencia que incluye más de 2.000 toneladas de sepia y calamar que son imposibles de pescar. Así lo avisaba el sector y así lo ha reconocido el comité científico conjunto entre la Unión Europea y el país africano en un estudio sobre el acuerdo pesquero. En concreto, la categoría en la que participan incluye licencias para seis buques (con unos 20 tripulantes cada uno) que pueden capturar 3.500 toneladas de merluza negra, así como 1.450 de calamar y otras 600 de sepia, ambas como especies secundarias. Los armadores solicitarán una solución en la próxima comisión mixta.
En el informe encargado por la Comisión Europea, los científicos indican que los buques "no podrán utilizar realmente" las más de 2.000 toneladas de cefalópodos, algo que achacan a "las medidas técnicas en vigor en materia de zonificación", que "privan a este segmento de componentes esenciales de esos dos grupos de especies". Publicado el pasado mes, el estudio recomienda "analizar y evaluar las capturas de cefalópodos de las dos flotas de arrastreros que pescan merluza negra", con la intención de "definir unas condiciones comunes en las especificaciones técnicas" de la categoría de pesca.
Sobre la situación de la especie objetivo, la merluza, los científicos reconocen que no está sobreexplotada, aunque señalan que "no se puede contemplar un aumento del esfuerzo ni de las capturas en las pesquerías de este recurso".
Con un canon de 70 euros por tonelada de merluza pescada (es decir, 245.000 euros para todo el cupo disponible) y 90 euros por cada tonelada de especies demersales capturadas de forma accesoria, la flota que utiliza las seis licencias es la de la Asociación Nacional de Cefalopoderos (Anacef). Con el consumo de las 3.500 toneladas ya muy avanzadas, solicitarán una solución para las más de 2.000 de cefalópodo que no pueden capturar.
Reino Unido
Por otro lado, la flota de Anacef dispondrá en los próximos días de 7.500 toneladas de jurel para capturar en aguas mauritanas gracias a la cesión realizada por Reino Unido. Al igual que sucedió en el último tramo del año pasado, el país accedió a petición de España, una figura legal para el movimiento de cupos contemplada para los acuerdos en terceros países pero no para las cuotas en aguas comunitarias.
Según explicaron fuentes de la asociación, se otorgarán las licencias para dos de los barcos que actualmente están allí y que podrán capturar la especie durante unos tres meses (dependiendo de las capturas). Mientras, continúan atentos a lo que pueda dar de sí las negociaciones actualmente en curso en Rabat para el nuevo acuerdo con Marruecos, donde faenan con cinco licencias.
