La importación de sardina en Galicia alcanzó un tope el pasado año con 12.782 toneladas. El motivo es la constante demanda de la industria conservera y, sobre todo, la escasez de materia prima capturada por la flota gallega a causa del plan de gestión perfilado entre España y Portugal para conservar la pesquería. Desde su inicio en 2014, las compras en el extranjero de la especie crecieron un 50% con Marruecos como principal proveedor. Solo el año pasado el país magrebí envió a la comunidad más de 7.300 toneladas. Todo ello mientras las descargas en las lonjas gallegas realizadas por cerqueros y xeiteiros continúan mermando con los sucesivos topes impuestos, quedando el pasado curso en 3.453 toneladas.
La flota saldrá el próximo 1 de mayo a por sardina en aguas ibéricas, para lo que dispondrán de un tope de 7.300 toneladas hasta julio entre ambos países. De ellas, España dispondrá del 33,5% y Portugal el resto. Las 14.600 toneladas en total para todo el año -si la evaluación científica actualmente en curso es positiva- suponen un 28,7% menos respecto al inicio del plan a mediados de 2014.
Esta escasez de sardina acompañada de la necesidad de materia prima y la abundancia en otros países ha hecho que las compras se disparen en estos cuatro años. Solo en 2017 la importación de la especie alcanzó un valor de 11,5 millones de euros, según los datos que maneja la Secretaría de Estado de Comercio a través del portal Datacomex. En comparación, las descargas de sardina en las lonjas de la comunidad dejó unas ventas de 5,9 millones de euros. "Es algo que se sabía que iba a ocurrir: Si no podemos atender nosotros a la demanda lo hacen otros", lamenta Andrés García, portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), mayoritaria en el segmento de flota.
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Hegemonía marroquí
La abundante cuota para especies pelágicas en Marruecos (1.200 millones de toneladas) hace que sea un país principalmente vendedor y la sardina es una de sus mejores muestras. "Fuera de aquí es la mejor que hay; es la misma que la nuestra, la que se va hacia el sur", explican fuentes del sector comprador.
"Nosotros preferimos utilizar que sardina de aquí, más apreciada por el consumidor", apunta por su parte Juan Vieites, secretario general de la patronal conservera Anfaco. "Sin embargo", añade, "llegamos a usar 30.000 toneladas año, por lo que hay que buscar más proveedores".
El país magrebí se ha convertido en el mercado de sardina para Galicia, con 7.335,9 toneladas el año pasado. Pero no es el único. Croacia, que captura una especie algo más pequeña, ha irrumpido con fuerza. En 2017 sus exportaciones a la comunidad se situaron en 2.487,5 toneladas. En tercer posición se encuentra Italia, que rozó las 1.000 toneladas.
En total, las descargas en las lonjas gallegas se situaron en 15.942 toneladas desde 2014, con un valor de venta de 26 millones de euros. En el caso de las importaciones, las 45.161 toneladas llegaron a 39,1 millones.
