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Balance de negocio de 2017

La pesca de Vigo saca partido a su esfuerzo inversor y factura ya más de 3.000 millones

-Adquiere más volúmenes y capacidad industrial para compensar la escasez de materia prima -Fandicosta obra el "milagro": recupera las ventas anteriores al incendio y sin logística de frío

Si se cumple el pronóstico de la FAO, la producción acuícola superará por primera vez a la pesca extractiva, con lo que la industria global será capaz de abastecer una demanda creciente de proteína marina sin someter a los océanos a la asfixia. Pero la cría en granja es un segmento en el que las empresas del área de Vigo -la más fértil de toda la Eurozona por número y dimensión de las compañías- no han hecho avances, a excepción de Pescanova. Por eso, y para anticiparse a una escasez de materia prima que será cada vez más acuciante, el sector lleva tres años de compras, con una inversión próxima a los 150 millones de euros, ganando tamaño en origen con más barcos y más participadas por todo el mundo. El 2017 ha sido el ejercicio en que ha empezado a recoger estos frutos: las pesqueras de referencia en Galicia han dilapidado sus registros previos con un volumen de ingresos superior a los 3.000 millones de euros, de acuerdo a las cifras consolidadas aportadas a FARO por cada una de ellas. Comercializaron además 840.000 toneladas de producto, equivalente a la producción de dos años y medio del coloso noruego Marine Harvest.

Todas las empresas consultadas elevaron su facturación, incluso a pesar de haber recortado alguna el volumen de toneladas comercializadas, que fue el caso de las más dependientes de los cefalópodos en caladeros como los de Argentina, Perú y Marruecos (Grupo Profand o Marfrío). Si a las compañías seleccionadas se suman las ventas de Noribérica, Galfrío, Frioantartic y Cabomar Congelados -todas ellas hacen más de 40 millones de caja al año-, los ingresos del grueso de la industria se colocan a las puertas ya de los 3.400 millones. "El sector transformador ha hecho un esfuerzo por crecer en origen, porque si no te quedas fuera de la gran distribución", analiza un empresario de Vigo. "Ahora habrá más consolidación, hay buenas condiciones financieras y todas necesitamos volúmenes. Es complicadísimo asegurarse la materia prima". Las fusiones, compras y expansiones irán a más en los próximos meses, aún pese a la incógnita sobre la salida de Nueva Pescanova de la banca, prevista para 2019.

El mayor impulso lo ha protagonizado Ibérica de Congelados (Iberconsa), que elevó su volumen de negocio hasta los 325 millones tras la compra de Pesquera Santa Cruz, con lo que se ha convertido además en la flota de capital extranjero más numerosa de Argentina. Portobello, el fondo que compró la pesquera a finales de 2015, no ha puesto fecha a su desinversión; mientras tanto busca una factoría en el área de Vigo y prevé deshacerse de su red de venta minorista (Hiperxel) para centrarse en la distribución con productos de mayor valor añadido. Además de Santa Cruz, adquirió el pasado mayo Atunera Argentina y dos buques de gran capacidad ( Nomzamo y Pescaberbés Dos), además de en nuevas líneas de congelado IQF ( Individual Quick Freezing) en Argentina y Namibia.

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Distintas estrategias

Sin operaciones de crecimiento inorgánico y bajo la propiedad de la familia fundadora, Pescapuerta elevó sus ventas en un 13%, hasta los 215 millones de euros, con el viento de cola de las buenas campañas de langostino austral y el calamar de las Falkland. Segregó su negocio minorista en Elmar Frozen Food para optimizar su actividad, como anticipó este periódico. Tampoco sin operaciones de gran calado -y también bajo la gestión de los herederos de José Pereira-, el grupo que dirige ahora José Enrique Pereira ha digerido su incursión en dos nuevos negocios de forma notable, con ingresos de 148 millones (+6% interanual en ventas y +8% en toneladas comercializadas). Ha apostado por la pesca de atún -de momento con el buque Point Saint Louis, ex de Pevasa- y la entrada en la oferta gourmet con la conservera Portomar, comprada en 2016. A finales de año incorporará a su flota el Argos Cíes, de 74 metros de eslora y dotado con maquinaria y sistemas de propulsión de última generación. Solo este buque, construido en Nodosa (Marín) conlleva una inversión de unos veinte millones.

Con Mercadona como locomotora, Grupo Profand sí ha incorporado más empresas a su perímetro de consolidación a fin de reforzar su acceso a materia prima. Cerró hace un año la toma de control de Sofinas (Marruecos) para aumentar su volumen de cefalópodos. Redujo las toneladas comercializadas, pero facturó un 6% más (264 toneladas). Videmar (dos barcos y una factoría en Argentina), Mascato (buques para Gran Sol), Atunlo (nueva planta en Portugal, en alianza con Marfrío) y Comercial Pernas (Coper, socia de Atunlo, creará un centro de negocios pesquero en el centro de Vigo) han aumentado su volumen de activos. En el colectivo de las más grandes acaba de emerger Worldwide Fishing Company (Wofco), con ingresos de 48,5 millones pese a su cortísima trayectoria y gracias a la alianza de sus cinco socios, con capacidad industrial en China, Ecuador, Marruecos y Perú.

La compañía de la resurrección fue Fandicosta, que ya en 2016 sorprendió con unas ventas de 84 millones pese a haber perdido más de la mitad de su infraestructura tras el incendio de mayo. Y lo ha vuelto a hacer. Como había anticipado a FARO su presidente, Ángel Martínez, ha recuperado las ventas alcanzadas antes del siniestro, 101,5 millones, y sin disponer de momento de infraestructura logística de frío. La inaugurará en mayo, dos años después de que las llamas frenasen la proyección ascendente del grupo. Invertirá casi 25 millones en ella.

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