Según el informe elaborado por la asociación Conxemar con Zona Franca de Vigo, los ingresos medios de las empresas que configuran la demografía del sector de transformación pesquera de Galicia no alcanzan de media los 30 millones de euros de volumen de negocio. Es una industria minifundista en la que hay actores destacados en cuanto a tamaño, y en la que otros players están aprovechando la coyuntura (de consumo, financiera o la irrupción de los fondos de inversión) para realizar operaciones. Entre las cien mayores industrias del mundo, de acuerdo al ránking del portal especializado Undercurrent News, entre las gallegas solo había sitio para Pescanova -prevé acariciar su techo histórico de ventas en 2020, perdido tras el concurso-, y conserveras (Calvo, Jealsa, Frinsa y Garavilla). Hasta ahora, porque Iberconsa ha entrado en el club después de haber cerrado la compra de Pesquera Santa Cruz. Adelanta en la clasificación a Coqueiro (Camil Alimentos, conservera de Brasil, rival de Calvo) y la tailandesa Siam Canadian. Y tiene a tiro de piedra a Tassal (Australia), la neozelandesa Sealord o la gigante ecuatoriana Expalsa, especializada en la producción de langostino vannamei. Con todo, para alcanzar los volúmenes de ingresos de la trader nipona Maruha Nichiro (la que compró el 50% de Austral Fisheries, antes de Pescanova) habría que juntar a 18 iberconsas o sumar los ingresos de casi dos años de las 15 mayores compañías pesqueras de Galicia.