El carguero gallego Betanzos, de la compañía Navigasa, cumple hoy cinco días encallado frente al puerto de Lisboa, en la desembocadura del Tajo. El barco quedó inmovilizado en un banco de arena al llegar allí tras quedar a la deriva en la noche del lunes al martes. Los 10 tripulantes fueron evacuados el jueves y, aunque admiten que el riesgo de vertido es bajo, desde Portugal alertan que a bordo tiene 130 toneladas de combustible. "El riesgo existe. El barco ya lleva un tiempo siendo castigado por las olas,", explicó el comandante de la Autoridad Marítima Fernando Pereira da Fonseca, tal y como recogió la agencia Lusa, que también apuntó que de momento "no presenta daños estructurales".

Por su parte, el comandante Coelho Gil, de la Capitanía del Puerto de Lisboa, indicó que tienen "el material preparado" en caso de derrame.

Según los medios locales, desde Navigasa se ha contratado a una empresa especializada para el remolque del barco, haciendo llegar desde Gibraltar un remolcador de grandes dimensiones. Y es que hasta la fecha han fallado ya al menos cuatro intentos y a última hora de ayer el buque seguía inmovilizado.

Los mismos medios informaron que los 10 tripulantes (siete de ellos gallegos y el resto de otros puntos del país) fueron evacuados en helicóptero y llevados a Lisboa. Junto a la tripulación también fueron evacuados dos representantes de la armadora y otras dos personas de la firma contratada para intentar retirar el barco.