El Gobierno irlandés está en minoría tras las elecciones de 2016 y en el país se apuesta por pasar a "una economía baja en carbono". Por este motivo ya el pasado verano se logró prohibir la técnica del fracking (fractura hidráulica) en tierra, uniéndose en aquel momento a Bulgaria, Alemania y Francia. Ahora, el país se encamina a poner fin a la búsqueda de crudo offshore y frenar las rondas de licencias desde Dublín.
Pese a que saben que aún queda mucho camino por recorrer, los diputados que patrocinaron este proyecto de ley confían en emular el éxito del año pasado en un movimiento similar a aquel, comenzando con una victoria en la cámara baja del Parlamento.