La intención de Reino Unido es la de recuperar el control sobre sus aguas y sus recursos una vez se consume el Brexit el 29 de marzo del próximo año. El ministro encargado de la pesca, Michael Gove, ya ha reconocido que al menos en 2019 esatarían sujetos a las cuotas establecidas por Bruselas, con lo que el de este año sería el último en el que participan en la negociación de diciembre sobre las posibilidades de pesca. Sin embargo, la Unión Europea apuesta por un período de transición más amplio, de dos años, para lo que se ha topado con un poderoso aliado: Noruega. El país nórdico, una de las principales potencias pesqueras mundiales, quiere evitar a toda costa un "vacío normativo" en las ricas aguas del Mar del Norte. "Un objetivo clave es asegurar un período de transición sin problemas y a tiempo", ha reconocido Per Sandberg, ministro de Pesca del país nórdico. El sector gallego, con 140 barcos pendientes de estos acuerdos, celebra la noticia, que califica de "un toque de realidad para Reino Unido".

"Debemos establecer un nuevo marco legal e institucional para la gestión de las poblaciones de peces conjuntas en el Mar del Norte", ha explicado Sandberg. En aquella zona barcos noruegos y comunitarios pueden pescar en las aguas territoriales de unos y de otros tras unas negociaciones que tienen lugar en los últimos meses de cada año. Cuando Reino Unido deje de formar parte de la Unión Europea se convertirá en el tercer miembro que se sentará en la mesa de negociación. Con estas palabras de Sandberg, no solo apoya a la UE o al sector que reclama este periodo de transición, sino que da un aviso a Londres: "Tendremos que llegar a un acuerdo sobre cuestiones complejas".

Tal y como recoge el diario británico The Guardian, el ministro de Pesca noruego apuesta por idear "un sistema para el intercambio de oportunidades de pesca", además de cooperar en vigilancia y control, quizá en un guiño a la armada británica anunciada por Gove y que, como publicó FARO, estará formada por cinco buques de guerra de 400 millones de euros. "Sin duda, habrá problemas difíciles, pero no partimos de cero", señala Sandberg, en un intento para evitar circunstancias que "obstaculicen la pesca en el Mar del Norte".

La recomendación, en casa

El Parlamento anglosajón acogió a finales del pasado noviembre una sesión especial en la que reunieron a expertos en materia pesquera para buscar la mejor salida posible. ¿Y cuál fue su recomendación? Un acuerdo transitorio que facilite la coordinación de los stocks pesqueros y las cuotas.

La idea de un periodo transitorio tras el Brexit choca frontalmente con el "take back control" (recuperar el control) de sus aguas proclamado por Michael Gove, uno de los principales partidarios de la salida de Reino Unido de la UE. En sus declaraciones siempre ha intentado borrar del mapa la posibilidad de esperar más allá de marzo del próximo año. Respaldado por la premier Theresa May, el responsable de la pesca británica, sin embargo, no ha vuelto a hacer una proclamación similar "desde hace meses", como dicen los propios medios británicos, que aseguran que el francés Michel Barnier, negociador europeo, ha sabido mover mejor las fichas sobre el tablero.

"Que Noruega diga esto es muy bueno. Les da un toque de realidad, sobre todo a la flota escocesa", indica Iván López, miembro de la Alianza Pesquera Europea (EUFA, en inglés) y también del consejo rector de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI). A su juicio, entiende que el país nórdico "quiere estabilidad" y que para eso "se necesita un acuerdo". "Un acuerdo que aún no se sabe cómo va a ser, porque no se puede pensar en el futuro sin saber que hacer en el presente", recuerda López.