El inamovible criterio de estabilidad relativa por el que se reparten las capturas entre los países miembro de la Unión Europea provocan que España solo disponga del 9,6% de la cuota en el Gran Sol pese a que los buques que abandera cuentan con el 22,6% del total de capacidad pesquera de todo el bloque comunitario (366.000 gross tonnage).

La situación de la flota española contrasta con la de los otros tres países que ven amenazados sus intereses en el Gran Sol. A Francia el hecho de ser uno de los seis países en formar la Comunidad Económica Europea (CEE), sobre la cual se levanta la UE, tiene su particular premio. Al país galo le corresponden casi un tercio de los TAC (totales admisibles de pesca) en aguas del Gran Sol pese a que sus 6.911 embarcaciones albergan solo el 10,6% de la capacidad pesquera de todas las de los Estados miembros del bloque comunitario.

Un caso idéntico es el de Bélgica, que compartió asiento con Francia en la CEE. El país tiene asignadas el 1,65% de las capturas en el Gran Sol pese a contar con solo el 0,9% de la capacidad pesquera de la UE.

Dinamarca, por su parte, se integró en la UE en el 1973, 13 años antes que España y se reserva el 5,4% de los derechos de pesca en las aguas que bordean Irlanda pese a que representar el 4,1% de la flota de toda el área comunitaria.