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La pesca se queda sin relevo

El sector pesquero y acuícola gallego tiene un 15% menos de ocupados que hace una década - La actividad, con un problema de relevo generacional, no atrae a los jóvenes

De izquierda a derecha: David, Sergio y Antonio González a bordo del cerquero familiar, el "Isabel y Jorge 2". // Alba Villar

"Mi padre decía que el mar era lo último, que siempre iba a estar ahí. Ahora eso ha cambiado". Hace treinta, veinte e incluso diez años trabajar en la pesca o en la acuicultura gallega se presentaba como la última opción. Pese a estar bien remunerada, era y sigue siendo una profesión dura, en la que se vive pendiente de los precios de los recursos y con un alto componente de peligrosidad mar adentro. Además de ello, la adhesión de España en la Unión Europea significó el establecimiento de cuotas de pesca y una carga de burocracia y leyes que dificultó la actividad y llevó al desguace de cientos de buques. Todo ello ha hecho que la actividad no resulte atractiva para los jóvenes, que prefieren buscar una salida en tierra. Solo en los últimos diez años el número de ocupados en Galicia cayó un 10%, situándose en 21.812 personas al cierre tercer trimestre.

"Antes era más fácil salir al mar", comenta David González. Junto a su hermano Sergio comandan el Isabel y Jorge 2, un cerquero de Cesantes (Redondela) que heredaron cuando su padre Antonio se jubiló hace un par de años. "Mis hijos y los de otros patrones lo van a tener más difícil", explica el actual presidente de los barcos de este segmento en la ría de Vigo. El motivo que esgrime para hacer esa afirmación es la falta de cuota. "Si a nosotros no nos llega a un chaval que tiene que hacer una inversión y empezar de cero, ¿qué hace?" , añade.

Los ahora armadores explican que lo tuvieron "más fácil" , pero también que si la situación fuese otra no lo harían. "Es el peor momento que hay para meterte en una inversión así. Y no por falta de recursos", apuntan. Para ellos "el mar está lleno de peces" pero la gestión que se hace desde Madrid "no sirve". A eso suman también el incremento de los gastos de la actividad, como son los seguros, el combustible, las redes... "En todo el año a lo mejor pagamos unos 15.000 euros a mayores de lo que se pagaba antes. Y el precio del pescado es el mismo. O menos", alertan.

Prácticas

El departamento de análisis de Randstad señala la falta de relevo generacional como uno de los principales retos "a medio plazo" en el sector. Además de las capacidades, la firma de trabajo temporal alude a la necesidad de "motivación para desarrollar una carrera profesional en la mar" como uno de los requisitos clave. "Es llamativa y preocupante la escasez de profesionales cualificados", sostienen.

Las patronales de armadores y la Asociación Española de Titulados Náutico Pesqueros (Aetinape) mantiene una pelea alrededor de este tema. Los primeros alertan de una falta de personal especializado, mientras los segundos critican la falta de lugares para hacer prácticas mientras recuerdan que las aulas están llenas.

"Para nosotros es uno de los problemas más graves", apunta el secretario general de la patronal española Cepesca, Javier Garat, que recuerda que "afecta a todo tipo de flotas". "En altura, larga distancia, por supuesto, pero también en la bajura", indica. Mientras, el presidente de Aetinape, José Manuel Muñiz, recuerda que "la formación tiene unos canales legales y es obligatoria" y critica la "falta de esfuerzo" de los armadores por "facilitar las prácticas necesarias para los alumnos".

Bajura y marisqueo

Desde los pósitos gallegos lo tienen claro: "La juventud busca tener una compensación al duro trabajo y en la bajura por ejemplo no hay sueldo fijo". Tomás Fajardo, presidente de la Federación Galega de Confrarías, explica que "en los últimos años" aprecia que los hijos de los armadores "no siguen con la empresa de su padre" y los barcos se desguazan o son vendidos cuando se jubila. "Por ejemplo en artes menores la situación es complicada, se gana bastante menos", lamenta Fajardo, buen conocedor de este segmento de flota.

En el otro lado de la balanza Fajardo sitúa el marisqueo. "El producto tiene unos precios interesantes y todo hace que el mariscador tenga un sueldo digno", afirma el responsable de los pósitos, que incluso asevera que "hay licenciados interesados en entrar en el sector al no encontrar salida de lo suyo".

Los 30.000 profesionales del sector afiliados al régimen especial del mar de la Seguridad Social se antojan a día de hoy una quimera. La inclusión de nuevos colectivos profesionales (personal de investigación, observadores de pesca, personal de seguridad o buceadores, entre otros) y el aumento de los permisos precisamente en el marisqueo a pie (256 solo este año, como informó la Xunta esta semana) permitieron que a finales del año pasado creciera el número de ocupados en el sector. Sin embargo, las cifras son un 30% inferiores a hace casi dos décadas. Un problema actual que deja muchas incógnitas: ¿Quién va a tomar el relevo en los 4.421 barcos gallegos? ¿Quién va a traer el pescado a tierra?

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