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La lucha contra la lacra de la costa gallega

La ría de Vigo se blinda contra el furtivismo: 26 guardapescas para la campaña navideña

Las cofradías aumentan la protección de sus recursos contratando más personal y ampliando la vigilancia - La asociación de marisquero llega a nueve - El precio hace más atractiva la actividad

Un vigilante del pósito de Redondela durante una actuación el pasado verano. // A.A.

El furtivismo también vuelve por Navidad. Aunque en este caso, más que regresar, incrementa su actividad. Con el buen precio alcanzado por las principales especies de la costa gallega la actividad repunta, lo que está obligando a las cofradías a blindarse. Solo en la ría de Vigo los pósitos dispondrán de 26 guardapescas que tanto de noche como de día vigilarán las costas. La último cofradía en sumarse a esta labor de vigilancia permanente es la de Vigo, que suma su primer guarda, que en sus primeros días de servicio ya tuvo trabajo: sorprendió a varios furtivos, incluido uno reincidente en el entorno de Toralla que finalmente fue denunciado.

"Tenemos que vigilar nuestros recursos", explica el patrón mayor del pósito, Misael García. La extracción de especies marisqueras por personas no autorizadas es un problema en toda la ría y en el caso vigués afecta, sobre todo, al erizo de mar, "que ahora tiene un precio mejor que la almeja", recuerda. En su caso, la vigilancia se hará desde Monteferro hasta el estrecho de Rande tras una contratación realizada con las aportaciones de los miembros de la cofradía. Está previsto que en las próximas semanas reciban la aprobación para recibir una ayuda por parte de la Xunta que ayude a pagar esta vigilancia.

Bajo esta modalidad el resto de las cofradías tienen un total de 15 guardas: tres en Redondela, Cangas, Moaña y Arcade, seis en Baiona y uno más en Vilaboa. El resto son los que tiene contratados la Asociación de Marisqueo a Flote da Ría de Vigo, en la que están todas las cofradías salvo la situada en Soutomaior, que hizo oficial su salida el pasado mes. "Ahora tenemos ocho y para Navidad vamos a contratar a un guardapesca más", explica el presidente de la asociación y patrón mayor del pósito redondelano, Clemente Bastos.

En todos los casos, la tendencia es la de incrementar la presencia de profesionales, aunque paralelamente se busca aumentar también las horas en las que las mariscadoras o percebeiros salen a controlar las costas, sobre todo durante el día. "Siempre se extrema un poco más en todos los sentidos. Se amplían horarios y las vigilancias, cosas por el estilo", comenta el gerente del pósito de Cangas, David Fernández. Una opinión que comparte también el secretario de la cofradía de Moaña, Luis Sequeiros: "Tenemos tres mariscadoras cada día de apoyo a los vigilantes y se hará un turno más con nuestra gente".

Rita Míguez, responsable en Arcade, afirma que con la lacra del furtivismo "no se da abasto" y que "la vigilancia es fundamental". "Nos damos cuenta que a veces aun así no es suficiente, pero tenemos bastante bien cubiertas las noches."

El caso de Baiona es especial. Su patrona mayor, Susana González. Tienen el mayor número de guardias propios, sobre todo para el percebe, pero la época en la que más sufren este problema es durante el verano, con la llegada de los llamados furtivos en bañador, turistas que bien a sabiendas o bien por desconocomiento asaltan los bancos y arrasan con los recursos de los profesionales del mar. "¡Tenemos seis pero harían falta doce!", resalta González.

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