De los más de 2.000 buques pesqueros con los que cuenta Irlanda, una cuarta parte están inactivos. Esto, sumado a su pequeña dimensión, hace del país uno de los menos relevantes a efectos de capacidad pesquera en la Unión Europea (el 3,3% del total). Pero en aguas de su vecino caladero de Gran Sol faenan decenas de pesqueros de otros Estados, muchos de los cuales desembarcan en sus puertos (Castletownbere, Killybegs). Y, de allí, la materia prima viaja en camión a puertos como el de Vigo, donde las capturas de este caladero alcanzan un valor económico superior a los 84 millones de euros al año. Irlanda quiere revertir esta situación y conseguir que esas capturas no solo se descarguen allí en su totalidad -como desveló FARO con los papeles de Dublín-, sino que al menos la mitad del producto sea transformado por su industria nacional. Y tienen fecha para lograrlo: el año 2025.
Este proyecto forma parte de la estrategia Food Wise 2025, como ha recordado estos días la agencia nacional de desarrollo pesquero Bord Iascaigh Mhar (BIM). "Desarrollar e iniciar medidas prácticas y competitivas para atraer descargas adicionales a los puertos irlandeses y continuar con el programa de inversiones significativas en las lonjas", dice textualmente el programa nacional. "Las oportunidades de crecimiento recaen sobre las descargas en el país de la cuota que barcos de otros países capturan en aguas que rodean Irlanda", añade el Gobierno sobre la misma iniciativa.
A día de hoy el 70% de los productos pesqueros que se exportan desde la isla no se transforma, lo que reduce su valor significativamente. Para 2025 la intención del Gobierno irlandés es de "reducir la cantidad de pescado y marisco que se exporta como commodity (materia prima básica)" hasta un 50%. El resto se quedaría en suelo nacional para ampliar la dimensión de su industria transformadora, que factura en torno a 850 millones de euros al año. Solo Pescanova ingresa más de 1.000.
Como avanzó FARO el trabajo de Dublín no cesa y ha encargado un estudio para arrebatar al máximo las descargas de Gran Sol al puerto de Vigo. "Los barcos españoles (sobre todo de los puertos de Vigo y A Coruña) operan de forma similar a los de Francia. Alternan el volver a su puerto para descargar o lo hacen en Castletownbere, desde donde lo envían [el pescado] por camión a España. Debemos explorar cómo puede cambiar ese statu quo", dice el documento preliminar que se utilizó para encargar el análisis. Lo solicitó la BIM (cuyo presidente es nombrado por el ministro de Agricultura, Alimentación y Pesca) y ha contado con fondos comunitarios. La pretensión de Dublín es de llevar a cabo "entrevistas" con armadores vigueses, a los que plantearán las "ventajas competitivas" de descargar la mercancía en territorio irlandés y que una lonja se encargue de su descarga y comercialización.
Para el sector la solución pasa por el alquiler de cuotas entre aquellos países que las infrautilizan, como puede ser el caso de Francia o Bélgica, para mejorar la rentabilidad de la flota (es una de las más bajas de Europa) y evitar que estos Estados puedan utilizar la infrautilización de su cuota como reclamo para lograr que más embarcaciones se abanderen allí.
