La reducción de la actividad en el sector pesquero no solo afecta a las miles de familias que encuentran en él su sustento económico, sino que tiene una segunda derivada. Se trata de los efectos que causa sobre un sector naval que, en buena medida, se nutre de la cartera de pedidos que le llega del sector pesquero.

Sin embargo, el repunte en los contratos de nuevas construcciones que están llegando a los astilleros de las Rías Baixas ofrece buenas perspectivas para el sector. Tras recibir 12 nuevos encargos en los siete primeros meses del año, los astilleros amplían su cartera de pedidos hasta la veintena de unidades.

Nodosa y Armón son las dos factorías que mayor número de encargos canalizan -ocho, y cinco respectivamente-. Con dos embarcaciones en cartera se encuentran Construcciones Navales Paulino Freire, que prepara la construcción de dos arrastreros, y el Astillero Joaquín Castro, que realiza dos palangreros para ARVI. Por último, Metalships & Docks, Astilleros del Ulla y A Xunqueira preparan un arrastrero, un atunero cerquero y un palangrero, respectivamente.

La reactivación de la construcción de buques pesqueros se está trasladando también a las de menor tamaño. Solo en el cerco la modernización de la flota lleva a la construcción de una decena de unidades.