Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Situación de un manjar de la costa gallega

La escasez de pulpo obliga a parte de la flota de bajura a cambiar de pesca

- Las capturas siguen bajo mínimos y el precio se dispara hasta los 14 euros en lonja - "Es imposible conseguir ni un kilo", dicen los frigoríficos, que están perdiendo clientes

Una descarga de pulpo en la lonja de Bueu durante esta campaña. // Santos Álvarez

La flota de bajura gallega está abandonando la captura de pulpo por la escasez de la especie en las rías. Los barcos cambian de pesquería y apuestan, sobre todo, por la nécora, que goza de una mayor abundancia y un buen precio. Esta situación está provocando que el valor de las pocas capturas que hay del cefalópodo se disparen en las lonjas, alcanzando ayer en algunos puntos los 14 euros el kilo. "Esta situación no es normal", señalaban ayer desde la cofradía de pescadores de Aldán-O Hío. En el otro lado de la balanza están los frigoríficos, que observan como las cantidad ofertada no es suficiente para cubrir la demanda y en algunos casos están incluso perdiendo clientes.

La circunstancia está desconcertando a los pescadores desde que comenzó la campaña el pasado 3 de julio. "Por eso muchos han optado por dejar de pescar pulpo", constataba ayer el presidente de los pósitos pontevedreses, José Antonio Gómez Castro. Es lo que está pasando en cofradías como la de Aldán. Allí de ocho embarcaciones que se podrían dedicar a capturar la especie tan solo una lo hizo esta semana. "No da, ahora mismo no rinde pescar pulpo. Hacía unos años que no teníamos esta situación", señala Fernando González, del departamento técnico. Lo mismo pasa también en O Grove. "De una veintena de barcos solo dos salen a por la especie. El resto van a la nécora", comenta su patrón mayor, Antonio Otero.

Pero, ¿a qué se debe tanta escasez? Desde la cofradía de Bueu, José Manuel Rosas, el patrón mayor, explica que están "bajo mínimos" y lamenta que "no hay un estudio profundo sobre el tema". "A lo mejor es necesaria una veda más grande o más control. El año pasado hubo mucho", añade la bióloga de la cofradía de Cangas, Berta Barreiro. Misael García, del pósito vigués, señala que están afectando mucho las aguas frías que hay en este año, según le cuentan los pescadores más veteranos. "En Arcade hay un criadero y cuando vamos por allí no se ve ni uno", aporta.

En el otro lado de la balanza se encuentran los frigoríficos y las firmas que trabajan con esta especie. Giuseppe Mellino, gerente de la viguesa Congelados Maravilla, explica que necesitaría entre 400 y 500 kilos para poner en funcionamiento una línea. "No puedo comprar solo 50 o 100 porque no llega. Cuando hay compro 1.000 o 2.000 kilos", añade. La firma cuenta con la marca Benito Alonso, que rescató en 2015.

Mercedes González, gerente de Frigoríficos Rosa de los Vientos (situado en Marín), comenta que entre tres lonjas no es capaz de juntar 200 kilos, con lo que se ven obligados a trabajar con pulpo de caladeros africanos. "Necesitamos cantidades más grandes para poder comprarlo", comenta. Esto ha provocado que clientes que llegaban para llevarse pulpo gallego tuvieran que dar media vuelta. "Este año preguntaron desde empresarios coreanos. Son clientes que perdimos", lamenta.

La pontevedresa Frigoríficos Moldes, por su parte, vende a clientes de la zona y señalan que "es imposible conseguir ni un kilo", por lo que se ven obligados a recurrir a cefalópodo de otras partes. "No hay nada en lonja y está muy caro", explica Manuel Moldes.

Compartir el artículo

stats