La Ría de Vigo es un rico ecosistema de nutrientes que hace que esta zona sea de una de las más productivas del mundo. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado descifrar y cuantificar el motivo de esta singularidad: la rápida respuesta de la ría al afloramiento costero, es decir, el proceso por el cual las aguas profundas, ricas en nutrientes y oxígeno, ascienden a la superficie. "Son más cortos de lo que se pensaba; el ritmo de la vida en este ecosistema es más rápido", explica el investigador Miguel Gil Coto, del Instituto de Investigacións Mariñas (IIM).

"Se había cuantificado que la duración de los eventos típicos de afloramiento era de unos siete días. Ahora vemos que su duración media ronda los dos o tres días", completa el experto. Para ello, utilizaron dos estaciones meteorológicas dentro (escollera de la terminal de Bouzas) y fuera de la ría (en la boya de Cabo Silleiro de Puertos del Estado), así como un correntómetro fondeado a 45 metros, que por primera vez empleó un cable de un kilómetro de largo. Con ello se proporcionaba toda la información necesaria en tiempo real. "Por otra parte, la respuesta de las corrientes en la ría a los vientos se produce en unas seis u ocho horas desde el establecimiento de los mismos", explica Gil.

Esta rapidez en la respuesta a estos afloramientos que reflejan los datos, "extrapolables tanto a la Ría de Arousa como a la de Pontevedra", se debe, entre otros factores, a la estrechez de la ría, su orientación y estratificación vertical. "Las zonas afectadas por fenómenos de afloramiento costero son las áreas más productivas del planeta, por tanto estos resultados hay que interpretarlos a su vez incidiendo en la repercusión que tiene en la productividad de una ría y en cómo está afectada por los eventos cortos de afloramiento", informan desde el CSIC.

"El efecto de los vientos es algo que ya saben los marineros, solo que no pueden cuantificarlo. Nosotros lo hemos puesto en números, descifrando el conocimiento cultural", comenta Miguel Gil, que indican que "en el mundo" no hay muchas zonas "que respondan de forma tan dinámica y bien al afloramiento costero".

Esto, además de ofrecer nutrientes para el fitoplancton -aumentan así la producción primaria y, por ende, el zooplancton y las especies que pueblan la zona- sirve como un mecanismo para renovar la ría. Es decir, una forma de "ventilar" las aguas, disminuyendo así los problemas de contaminación que la puedan amenazar.

Los resultados fueron publicados en la publicación Geophysical Research Letters y se enmarca en el proyecto Stramix, financiado por el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación (2013-2016) y liderado por el IIM a través del Grupo de Oceanoloxía. Ahora, las siguientes fases en la investigación pasan por evaluar qué forzamientos (viento, marea, irradiación solar, aportes fluviales?) y en qué medida controlan los ciclos de estratificación y mezcla en la ría tanto a escalas estacionales como a escalas temporales más cortas.