La muerte de tres marineros de Campelo después de que su barco zozobrase tras colisionar contra una batea ha devuelto a la actualidad los siniestros en el mar a causa de choques contra estas estructuras pesqueras marinas. Porque, al contrario de lo que se podría pensar, este tipo de siniestros no son infrecuentes y en más de una ocasión han costado la vida de personas.

Así el más grave de los últimos años, al margen del registrado en la Ría de Pontevedra, ocurrió el 5 de agosto de 2001 cuando dos jóvenes fallecieron al chocar su moto de agua contra una batea. Los hechos ocurrieron en el polígono de Porto Meloxo, en O Grove. Los cuerpos de las víctimas, una pareja de 23 y 25 años, fueron hallados flotando en el agua por la tripulación de un catamarán que recorría la zona. La posible causa del accidente fue un despiste del piloto.

El choque contra una batea a una velocidad excesiva es generalmente brutal. Una batea suele medir más de 450 metros cuadrados. Está construida con madera de eucalipto y está anclada al fondo marino por una cadena que conecta con un bloque de hormigón de más de 14 toneladas de peso. El hundimiento del Nuevo Marcos tras su colisión contra una batea situada a poco más de 800 metros del muelle de Combarro ha abierto el debate sobre la conveniencia de balizar estos viveros flotantes.

Estos son algunos de los accidentes más llamativos ocasiones por el impacto contra una batea en los últimos años en aguas gallegas:

Moaña, 22 de marzo de 2000

Cambados, 7 de julio de 2012

Cangas, 12 de julio de 2012

Vilanova de Arousa, 20 de agosto de 2012

Ría de Muros, 18 de septiembre de 2012

O Grove, 4 de agosto de 2013

Rianxo, 26 de julio de 2014

Bueu, 22 de agosto de 2014

Meira, 29 de agosto de 2016