Salvo que arroje pistas por sorpresa desde el fondo del mar (palés, una caja rotulada, algo de combustible...), del lugar exacto donde se hundió el Senefand Dos solo se sabrá que está en la costa de Senegal, a escasas 30 millas al sudoeste de Dakar y a unos 650 metros de profundidad. La localización del pecio era el camino que perseguía la armadora, la viguesa Grupo Profand, para localizar a los tres marineros desaparecidos. Sobre todo al patrón, el marinense Vicente Pazos, porque en el momento de la última maniobra se encontraba dentro del puente de mando y el hecho de encontrar el buque daba opciones de recuperar el cuerpo. Pero, tras doce días de búsqueda, Profand ha abandonado el dispositivo. Las gestiones de la Secretaría General de Pesca para incorporar un oceanográfico no llegaron a ninguna parte pese a que se solicitó la colaboración del gobierno senegalés y de la FAO.

Profand había contratado una avioneta privada para localizar algún vestigio del siniestro y paralizó la actividad del Senefand Dos, gemelo del siniestrado, para peinar la zona. Arrastreros de este tipo están dotados de ecosondas capaces de alcanzar una profundidad de hasta 1.500 metros, pero los oceanográficos están dotados de gran variedad de ecosondas multihaz y de barrido lateral que arrojan información de hasta 12.000 metros bajo el agua. De ahí la petición de la armadora de incorporar un buque de estas características al dispositivo. "Todos los trámites necesarios lo hacían inviable, no se pudo concretar", exponen fuentes conocedoras de las negociaciones. En todo caso, y aunque se hubiese incorporado un oceanográfico, la localización de una nave de solo 24 metros de eslora y siete de manga convertían la misión en una quimera.

Los medios que conformaron el dispositivo no localizaron ningún resto del barco. Ni siquiera una de las 1.200 cajas de pescado que llevaba a bordo. El hecho de que la radiobaliza no se activara (tiene un libertador hidrostático que se activa a entre 1,5 y 4 metros de profundidad) ha silenciado la ubicación de barco para siempre. Y esta circunstancia constará con toda probabilidad en la investigación que ha iniciado ya la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM), dependiente del Ministerio de Fomento. Se trata, constatan desde la armadora, de una investigación "rutinaria y de oficio" que comenzó al día siguiente del naufragio, y para la que ya se ha remitido desde Vigo "toda la información" requerida.

De acuerdo al testimonio del jefe de máquinas, Fernando Argibay (uno de los ocho supervivientes, natural de Moaña), el Senefand Uno escoró rápidamente a estribor al virar el aparejo de pesca debido al excesivo peso de las capturas. Aunque el barco tenía bandera de Senegal al pertenecer a la filial Senefand, del grupo vigués, el hecho de que la matriz sea española ha motivado el inicio de la investigación por parte de Fomento. Antes de abandonar las tareas de búsqueda la compañía notificó la decisión a las familia de Vicente Pazos, casado y padre de dos niñas menores.