El hundimiento del Senefand Uno es el tercer siniestro de un barco gallego en tan solo una semana y el cuarto del año. El pasado viernes día 3 de febrero el palangrero de fondo Gure Uxua se iba a pique frente a Luarca tras sufrir una vía de agua. En aquella ocasión los 12 miembros de la tripulación lograron subirse a una balsa salvavidas y pudieron ser rescatados. El pasado martes, día 7, la planeadora Vizcaya II se hundió en A Borneira (Cangas) tras tres golpes de mar, teniendo que ser auxiliados sus dos tripulantes, un matrimonio que cayó al agua.

Al igual que sucedió en el año 2014, recordado por otros tres siniestros en tan solo 40 días, los naufragios parecen no venir solos. En aquella ocasión los hundimientos del Santa Ana y Mar Nosso (en aguas asturianas) y del Mar de Marín en la Ría de Vigo dejaron 18 fallecidos.

En este caso, la fortuna y la buena labor de los medios de rescate posibilitaron que las tripulaciones de las dos primeras embarcaciones fueran rescatadas al completo. En el naufragio del Gure Uxua con unas condiciones muy malas (olas de 10 metros y vientos de más de 100 km/h) los helicópteros Pesca II y el Helimer Cantábrico consiguieron llevar a tierra a los 12 marineros. El matrimonio del Vizcaya II, por su parte, fue auxiliado por tres barcos cangueses.

A los tres de esta semana hay que añadir el naufragio del Monteagudo Primero el pasado 12 de enero cerca de Estaca de Bares tras chocar contra unas rocas. Sus dos tripulantes se lanzaron a una balsa salvavidas, siendo rescatados más tarde por la Salvamar Shaula.