Los muelles gallegos ofrecieron ayer una imagen tan inusual un domingo como espectacular. Y es que se llenaron de barcos, carretillas elevadoras y camiones para descargar y transportar ingentes cantidades de mejillón hacia depuradoras nacionales y extranjeras. Ni siquiera el hecho de tratarse de una jornada festiva impidió que se multiplicaran las descargas, ya que la demanda de producto es incesante en vísperas de Navidad. Tanto es así que los mercados centrales de todo el país han llegado incluso a quintuplicar sus pedidos de especies como el "oro negro" de batea.

Es por ello que bateeiros y depuradores trabajaron ayer sin descanso para extraer la mayor cantidad posible de mercancía, y eso a pesar de que la "despensa" está casi agotada a estas alturas, después de un año fantástico en cuanto a ventas.

Como se detalló en su momento, el mejillón de tamaño grande es casi inexistente y apenas se localiza en los polígonos que hasta esta misma semana seguían cerrados en las rías, cuatro en la de Arousa, otros tantos en Muros-Noia, siete en la de Pontevedra y seis en la de Vigo.

Pero la reapertura el sábado de tres polígonos estratégicos en la boca de la ría arousana, como son los de O Grove, fue un soplo de aire fresco para el sector mitilicultor, de ahí que de manera inmediata, tanto el propio sábado como ayer, la extracción de molusco se disparara en esas bateas reabiertas.

Esto generó un aluvión de descargas en Porto Meloxo (O Grove), pero también en otros puertos arousanos, como A Illa, Vilanova y Cambados.

Y no solo en esta ría se intensificó la actividad durante el fin de semana. Sucedió lo mismo, de acuerdo con las posibilidades que brinda al sector la limitación actual del cierre de bateas por biotoxinas, en diferentes dársenas de Pontevedra y Vigo, donde igualmente se aceleró el ritmo para aprovechar al máximo esta recta final de campaña navideña y atender los pedidos que llegan no solo de diferentes puntos de España, sino también de Francia e Italia.

Actualmente hay 33 polígonos de mejillón disponibles para la extracción -23 de ellos en Arousa-, mientras que 19 están cerrados por presencia de toxinas, ya sean del género lipofílico, en las que se integra la toxina diarreica (DSP), o paralizantes (PSP).