El palangre gallego está a un paso de tener un tope de capturas de tintorera (Prionace glauca, también conocido como quenlla) por primera vez en la historia. El plan de gestión demandado por el propio sector y propuesto tanto por la Comisión Europea como por Japón fue acordado ayer en la última sesión de la subcomisión 4 de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat). En concreto, las 51 partes contratantes acordaron un límite de capturas de poco más de 39.000 toneladas en el Atlántico norte para los años 2017 y 2018, mientras que en el sur estará pendiente de que el Comité Científico realice una recomendación en un futuro cercano.
El resultado de la subcomisión 4 (centrada en pez espada y tiburones, entre otros) queda ahora pendiente de la aprobación final en el plenario de hoy, aunque según expertos del sector se trata de un mero trámite una vez ya ha sido acordado. La tintorera es una de las dos especies de escualos que más captura la flota palangrera gallega (junto con el marrajo, Isurus oxyrinchus), formada por más de 120 buques (la mayoría de Vigo y A Guarda).
"Estamos contentos a medias por la falta de decisión en el sur pero la medida será un primer avance de regulación. La flota española que pesca de forma ordenada y responsable este stock pedía este plan de gestión para que los demás actores tengan que avanzar en la misma línea", apuntan fuentes del sector.
Y es que el palangre gallego estaba a favor, ya el año pasado, de la creación de un plan de gestión de la tintorera que evite que se llegue a una situación en la que se establezcan cuotas por barcos y poder así "trabajar con tranquilidad". Con este "techo de capturas" fijado ahora para los dos próximos años, desde el sector se espera poder mantener la buena salud de los stocks.
Aletas adheridas
Por otro lado, en la reunión celebra en Vilamoura (Portugal), la Comisión Europea volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de extender al resto de las partes contratantes la normativa comunitaria que impide a la flota cercenar las aletas de tiburón a bordo, medida creada para evitar el finning (cortar aleta y tirar el cuerpo al mar), que la flota europea recuerda que no practica.
A falta de saber lo que pasará en la plenaria, es "poco previsible" que salga adelante debido, una vez más, a la oposición de los países asiáticos. Japón, al menos, explicó que no la apoya por la falta de base científica.
