El sudeste asiático ha sustituido a las costas de Somalia como centro neurálgico de la piratería, pues es donde se producen en la actualidad la mayoría de los ataques y secuestros de embarcaciones por bandas armadas y grupos terroristas.

Cerca de la mitad de los 98 abordajes en alta mar efectuados este año por piratas en todo el mundo se produjeron en aguas de la región, como indican los datos de la Oficina Marítima Internacional (IMB, por sus siglas en inglés).

Mientras zonas como las costas de Somalia o el golfo de Guinea

vieron una drástica reducción en

los ataques piratas durante los últimos años, el sudeste asiático vive un constante aumento de actividades delictivas marítimas. En 2015 se registraron un total de 178 ataques en el área, especialmente en Indonesia, mientras que en Somalia no se produjo ninguno, apunta un informe de la IMB.

Los expertos aseguran que la geografía es uno de los factores que facilita la proliferación de la piratería en el sur de Asia, puesto que las numerosas islas y la abundante vegetación de las costas permiten que los atacantes puedan esconder sus embarcaciones rápidamente tras el ataque.

Además, por la región pasan 120.000 embarcaciones al año y un tercio del comercio marítimo mundial, por lo que a los piratas y ladrones nunca les faltan "oportunidades para saquear", como asegura en un informe el analista Karsten Von Hoesslin, que también cita la "falta de respuesta" de la comunidad regional e internacional.

"Al contrario que con la piratería de Somalia, la del sudeste asiático no ha captado titulares y no ha provocado patrullas navales multilaterales o las estrategias de alto nivel que hemos visto en África", explica.

Von Hoesslin indica que en la zona del sudeste asiático operan "entre seis y ocho" redes de criminales, apoyadas por "oficiales corruptos" y efectivos de bajo perfil en todos los países de la zona. También está presente en el área el grupo terrorista filipino Abu Sayyaf, que en los últimos meses realizó numerosos secuestros de pescadores y tripulantes de cargueros de países vecinos como Malasia o Indonesia.

Aunque Abu Sayyaf liberó a decenas de rehenes este año después de recibir pagos millonarios, aún mantiene bajo su custodia a 16 personas, de las cuales seis son de nacionalidad indonesia y tres malasia, según las cifras del Ejército filipino.

El incremento de secuestros de Abu Sayyaf es una de las principales razones por las que el nuevo presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, aseguró que acabar con estos terroristas es una de sus prioridades. Para ello, las Fuerzas Armadas del país se proponen varios objetivos, como la incautación de "más de 200" lanchas motoras para limitar la capacidad de desplazamiento de los terroristas. "Estas embarcaciones son la principal forma de transporte de Abu Sayyaf en sus secuestros y lo primero que tenemos que hacer es neutralizar esto", explicó recientemente el jefe de las Fuerzas Armadas de Filipinas, el teniente general Ricardo Visaya.

Filipinas, Indonesia y Malasia también acordaron el pasado mes de mayo establecer patrullas conjuntas en el mar de Joló, la zona de mayor actividad del grupo terrorista. Además, concretaron medidas para mejorar la rapidez y la cantidad de información que comparten los tres países, que además establecerán centros en cada una de las naciones para coordinar la vigilancia naval y aérea.

Duterte incluso autorizó el acceso a las aguas territoriales filipinas a la marina de Indonesia en el caso de que estén persiguiendo a un grupo de piratas. "Su mundo se está haciendo más pequeño y pronto podremos resolver este problema", dijo el portavoz de las Fuerzas Armadas de Filipinas, Restituto Padilla. "No voy a dar ninguna fecha, pero estamos haciendo lo que podemos", agregó.