La Comisión del Mejillón, en la que está representado el grueso del sector productor gallego, y la Consellería do Mar, abanderada expresamente por la conselleira Rosa Quintana, se reunieron ayer para ultimar el borrador del "Plan de modernización y sostenibilidad de las estructuras de cultivo de moluscos bivalvos". Dicho así puede no decir mucho, pero en realidad se trata de un cambio histórico para las rías gallegas y el modelo de cultivo conocido.

Si se lleva a cabo esta propuesta las bateas actuales, de un máximo de 550 metros cuadrados, podrán disponer de una superficie total de hasta 900 metros. Y no solo eso, sino que los parques de cultivo situados en zonas poco profundas, que por tanto no pueden utilizar cuerdas de 12 metros de largo y alcanzar los 6.000 metros totales permitido, tendrán una autorización especial para llegar a esa cifra.

De este modo se trata de modernizar las estructuras de cultivo logrando una mayor productividad de las mismas, y tratando de conseguir más calidad si cabe en el producto final, el conocido como "oro negro" de las bateas.

Pero hay otro motivo que lleva a esta propuesta de cambio, y es que las ayudas de la Unión Europea para la acuicultura tal y como se conocieron hasta ahora no van a tener continuidad. Bruselas apuesta más por financiar la modernización, y eso, modernizarse, precisamente lo que se busca con la reforma de las bateas de Galicia.

La propuesta está ya muy avanzada, como ayer quedó patente en la reunión que productores y Administración mantuvieron en la sede del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), con sede en Vilaxoán (Vilagarcía). Fue allí donde Rosa Quintana avanzó ya que la Xunta ha trazado un plan en el que aportar unos 30 millones de euros con que atender las necesidades de modernización de 2.000 de las 3.300 bateas existentes en Galicia. Aunque eso sí, ya dejó muy claro que es un plan "totalmente voluntario, para todo aquel que quiera renovar su batea en base a los nuevos criterios establecidos por la Unión Europea".