Carreras entre algas, labores de camuflaje y una gran tranquilidad. Así fueron las últimas horas de los pulpos antes de que se levantase la veda. Los cefalópodos disfrutaron durante 45 días de una calma inusual que ya concluyó ayer, con capturas importantes en las rías gallegas.

Antes del regreso de la actividad marinera, el club de buceo Ons captó los "bailes" de dos ejemplares que disfrutaban del fondo marino e incluso se animaban a hacer pequeñas carreras.

Una vez más, los fondos de las rías gallegas sirvieron como escenario perfecto para que los cefalópodos realizasen cambios de color y algún que otro baile rocoso, un espectáculo que no deja indiferente ni siquiera a los expertos del mundo submarino.