Eurodiputados de distintos grupos políticos pidieron que los países de la UE se doten de etiquetas para combatir el fraude en los productos pesqueros, como en la venta de especies que se hacen pasar por otras.

El asunto se trató ayer en un debate en el pleno de la Eurocámara donde los parlamentarios mencionaron un informe de la ONG Oceana según el cual el 31,8 % del pescado que se sirve en los restaurantes de Bruselas no se corresponde con la especie pedida por el cliente.

La eurodiputada Izaskun Bilbao (PNV) defendió el desarrollo de un sistema europeo obligatorio de etiquetado para identificar el origen del pescado y especialmente el que se utiliza en las latas de conserva.

Para Bilbao, el estudio de Oceana demuestra que "el control del origen del pescado que consumimos solo se garantiza mediante normas obligatorias".

Tras recordar que la tecnología permite monitorizar la procedencia de los productos pesqueros, enfatizó que estos procedimientos "se han desarrollado porque los consumidores tenemos derecho a saber qué comemos y porque hay grupos están dispuestos a pagar por la diferencia".