La Confraría de Pescadores de Malpica advierte de que si los armadores de la localidad no comienzan a vender su producto allí, la entidad tendrá que echar el cierre ante la imposibilidad de afrontar sus pagos. La directiva del pósito se reunió con el resto de miembros el pasado sábado para informarles sobre la situación de la organización, que acumula una deuda de 300.000 euros con Portos de Galicia, Hacienda, la Seguridad Social y sus proveedores, y prepara un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para sus nueve trabajadores. Los responsables de la cofradía explicaron que el problema es tan grave que ahora mismo no pueden mantener servicios como la cámara frigorífica, por lo que el ERE no sería suficiente para aliviar las cuentas, según fuentes del propio pósito presentes en el encuentro.

La advertencia está dirigida sobre todo a los armadores de cerco, flota poco numerosa -solo agrupa 11 barcos de los 63 totales del puerto- pero fundamental para este muelle, y que suele descargar en A Coruña porque logra mejores precios por sus capturas. Algunos empresarios abonan a la cofradía el 1% de las ventas que realizan fuera, aunque no todos lo hacen, según fuentes del sector. La mala racha del cerco, que encadenó tres meses de amarre por protestas en el último trimestre de 2015 y comenzó la campaña de 2016 con malos resultados, provoca que el pósito ni siquiera reciba estos beneficios.

La directiva se reúne de nuevo con los armadores este viernes con la necesidad de convencerlos para que vendan su producto en Malpica. El patrón mayor, Pedro Pérez, reconoció que la cofradía prepara un plan para convertir Malpica en un muelle más atractivo para los vendedores, pero evitó dar más detalles.